Cedió un 33,2% mientras que la recaudación total cayó un 8,8%, el desplome del consumo rebajó el IVA un 11,46% (en línea con la caída del PIB, del 10,8%), y el IRPF logró crecer un 1,24% gracias en parte al alza de pensiones y salarios públicos. En el conjunto del año, Sociedades arrojó una recaudación de 15.858 millones de euros, el 8% del total de ingresos tributarios de 2020. La cifra supone un importante descenso frente al 11% que supuso en 2019, cuando aportó 23.733 millones, y marca un mínimo desconocido en los últimos años. Lejos queda el récord de 2007, cuando Hacienda ingresó 44.823 millones por Sociedades, el 20% de la recaudación total, si bien aquellos umbrales solo pudieron alcanzarse a lomos del boom inmobiliario que estalló con la crisis financiera posterior, recordó ayer Valentín Pich, presidente del Consejo General de Economistas (CGE).
Aunque se trata de un impuesto de gestión estatal, los datos indican que el retroceso en la recaudación de 2020 fue desigual por territorios. En un novedoso estudio presentado ayer por el CGE y el Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF), se revela que los mayores descensos se produjeron en Baleares (-46,24%); Galicia (-44,75%); Madrid (-43,75%) y Asturias (-42,34%). Tan solo algunos territorios lograron un saldo positivo, como es el caso de Extremadura (5,49%), Ceuta (22%), o Navarra (47,3%).
Aunque el impacto tiene mucho que ver con el tejido empresarial de cada región, y el peso específico que tienen en sectores tan golpeados por la pandemia como el turismo o la hostelería, también es importante remarcar que el tributo arroja cifras muy dispares por autonomías. El informe del CGE y el REAF muestra, por ejemplo, que Madrid cuenta con 328.058 empresas, el 20,28% del total, pero que en un ejercicio prepandémico como 2018 registraba el 43,99% de toda la cuota líquida del impuesto. Solo otra región, Asturias, arroja un resultado superior al volumen de compañías que concentra, si bien la diferencia es mínima: con el 1,67% de las firmas del país atesora el 1,73% de la cuota.
Las cifras de Madrid se explican por el hecho de que concentra buena parte de las mayores empresas del país. Así, por poner un ejemplo comparable, Cataluña cuenta con otro 20% de las compañías españolas, pero la cuota líquida que registra es solo del 19% del total.
Más allá de Sociedades, la disparidad tributaria entre regiones fue una de las protagonistas de la encuesta entre asesores fiscales publicada ayer por el Instituto de Estudios de Barcelona y el CGE. En medio de la polémica sobre la armonización impositiva que el Gobierno central quiere impulsar entre las autonomías, el estudio reveló que el 64,6% de los asesores ha observado un aumento de las consultas de clientes interesados en cambiar su residencia fiscal a otro país (77,3%) o comunidad (75,8%) con menor presión fiscal. Más del 60% de los asesores declararon que las consultas aludían a cambios meramente ficticios con objeto de pagar menos impuestos. “Jamás aconsejaríamos un cambio de residencia solo por motivos fiscales”, aseveró Pich, que reclamó un nuevo marco de financiación autonómica más justo y que resuelva estas tensiones tributarias sin restar autonomía fiscal.
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