El Banco Central Europeo permitirá casi con toda probabilidad que los bancos de la zona euro reanuden los pagos a los accionistas a partir de octubre, salvo que una nueva recesión económica aceche de nuevo al continente, según ha revelado la máxima autoridad supervisora del BCE, Andrea Enria. «En ausencia de acontecimientos materialmente adversos, planeamos derogar nuestra recomendación a finales del tercer trimestre de 2021 y volver a revisar los dividendos y recompras de acciones como parte de nuestro proceso de supervisión normal», ha revelado Enria a los legisladores de la Unión Europea.
«Esperamos que los planes de distribución sigan siendo prudentes y acordes con la capacidad interna de generación de capital de los bancos y con el impacto potencial de un deterioro en la calidad de las exposiciones, también en escenarios adversos». El BCE impuso una prohibición de facto a los dividendos bancarios cuando comenzó el brote de coronavirus en marzo de 2020, que luego se moderó a través de unas reglas para limitar los pagos.
La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, también se ha referido al fin de esta política asegurando que el próximo 30 de septiembre expirará la recomendación de que los bancos no repartan dividendos, dada la mejor evolución de la crisis sanitaria y económica. «La semana pasada, la Junta General de la Junta Europea de Riesgo Sistémico señaló que, si las condiciones del sector económico y financiero no se deterioran de manera sustancial, nuestra recomendación sobre la restricción de repartos, incluidos los dividendos, durante la pandemia de covid-19 podría vencer al final de septiembre de 2021», dijo Lagarde.
La exministra se pronunció en ese sentido durante una comparecencia en la comisión de Asuntos Económicos y Monetarios de la Eurocámara, a la que asistió en calidad de presidenta de la Junta Europea de Riesgo Sistémico, encargada de la supervisión macroprudencial en la Unión Europea. El pasado 15 de junio, el presidente del Consejo de Supervisión del Banco Central Europeo, Andrea Enria, ya indicó que el BCE va a levantar paulatinamente las recomendaciones que hizo a los bancos.
El BCE solicitó a mediados de diciembre a las entidades de crédito que se abstengan de repartir dividendos en efectivo y de recomprar acciones hasta el 30 de septiembre de este año, debido a la incertidumbre sobre el impacto económico por la pandemia. Lagarde también afirmó hoy que las mejores perspectivas económicas «gracias al rápido avance en las campañas de vacunación han reducido la probabilidad de escenarios graves». De todas formas, reconoció que la recuperación todavía hace frente a la «incertidumbre» y mencionó la expansión de nuevas variantes del coronavirus.
Así, instó a evitar que la combinación de una deuda elevada y unos bajos beneficios, «especialmente en los sectores más golpeados por la crisis, conduzca a quiebras de empresas que son viables en el medio plazo». «De lo contrario, esto podría incrementar el coste social y económico de esta crisis y, como un efecto de segunda ronda, incrementar también el riesgo en la cartera de créditos de los bancos. Es igualmente importante gestionar de manera eficiente las quiebras de empresas inviables, de modo que los recursos puedan reasignarse de forma más productiva y rápida», comentó.
Lagarde señaló, por otra parte, que no cree que la exposición de los bancos a la deuda soberana de sus propios países sea «un riesgo importante en el corto plazo», pero que lo «vigilarán de cerca». En este sentido, explicó que si bien se ha visto un aumento de la deuda soberana doméstica en los balances de los bancos hasta el 11% -excluyendo los cambios de valoración-, también se ha observado que hay una «mejor distribución de riesgos» debido a que hay menos concentración de la deuda soberana doméstica y más «diversidad» en la exposición a títulos de otros Estados.
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