Los países que debatían en el seno de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) han llegado este jueves a un acuerdo para reformar el sistema fiscal internacional e incluir, tal y como estaba previsto desde hace varios meses, un tipo mínimo del 15% en el impuesto de sociedades a nivel global. Así lo ha anunciado el organismo en un comunicado en el que se recuerda que el pacto ha sido logrado por 130 estados y jurisdicciones, «que representan más del 90% del PIB mundial». Entre estos países están China, Estados Unidos y los principales socios europeos, incluyendo a España, Alemania o Francia.
«Tras años de intenso trabajo y negociaciones, este paquete histórico asegurará que las grandes empresas multinacionales pagan su parte justa de impuestos en todos lados», ha explicado el nuevo secretario general de la OCDE, Mathias Cormann. El plan, detalla el comunicado, ha prosperado en sus dos pilares: el derecho de cada país a gravar parte de los beneficios conseguidos por compañías sin presencia física en su territorio –el conocido como pilar 1– y el establecimiento de una base imponible mínima y efectiva para las grandes multinacionales, el pilar 2.
Este diseño, explica el organismo, proporcionará «un apoyo muy necesario a los gobiernos que necesiten recaudar los ingresos necesarios para reparar sus presupuestos y sus balances a la vez que invierten en servicios públicos esenciales e infraestructuras», sobre todo en un contexto de recuperación económica tras la crisis del Covid-19.
El primer pilar incluye a las multinacionales con ingresos globales superiores a los 20.000 millones de euros y una rentabilidad por encima del 10%, excluyendo las empresas extractivas (petroleras o mineras) y las de servicios financieros regulados. El nuevo marco asignará los ingresos a las jurisdicciones donde se consuman los bienes o servicios vendidos por estas grandes empresas. Posteriormente, los beneficios en exceso de ese 10% se asignarán a las jurisdicciones usando el reparto de ingresos con el objetivo de estar sujetos a impuestos. El segundo pilar abarcará a las empresas que facturen 750 millones de euros o más a nivel global, haciendo que el tipo mínimo impositivo sea del 15% en todas las jurisdicciones adheridas al acuerdo.
Bajo el pilar 1, prosigue el comunicado, se espera que los derechos impositivos sobre más de 100.000 millones de dólares (unos 84.000 millones de euros) de ganancias se reasignen a las diferentes jurisdicciones cada ejercicio. A su vez se estima, recoge el comunicado, que esta tasa mínima del 15% genere alrededor de 150.000 millones de dólares (126.500 millones de euros) en ingresos tributarios globales adicionales cada año. «También se obtendrán beneficios adicionales gracias a la estabilización del sistema tributario internacional y a la mayor certeza tributaria para los contribuyentes y las administraciones».
Los participantes en la negociación han establecido un calendario ambicioso para la conclusión de las negociaciones. Esto incluye una fecha límite, fijada en octubre de 2021, para finalizar el trabajo técnico restante en el enfoque definitivo de los dos pilares, así como un plan para la implementación efectiva ya en 2023. «Este paquete no elimina la competencia a nivel fiscal, y no debería, pero marca unas limitaciones multilaterales acordadas. También acomoda los diferentes intereses de la mesa de negociación, incluyendo los de países y jurisdicciones pequeñas y en desarrollo», ha agregado Cormann.
El acuerdo ha sido bien recibido por el Gobierno español, según indican fuentes del Ministerio de Hacienda, que recuerdan que el Ejecutivo de Pedro Sánchez fue pionero en proponer el establecimiento de un tipo mínimo del 15% en Sociedades, cuya implementación a escala nacional ya fue incluida en el fallido plan presupuestario sellado por PSOE y Unidas Podemos para 2019.
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