El resto de economías europeas establecen unos umbrales de facturación para que las empresas más pequeñas que estén por debajo de ellos eviten las trabas burocráticas de declarar el impuesto. Es decir, no cobran el IVA sobre sus productos vendidos a los clientes, pero tampoco pueden recibir un reembolso por el IVA pagado sobre los insumos comerciales.
Para evitar costes administrativos y de cumplimiento, el resto de países europeos cuentan con estos tienen umbrales de exención del IVA. Si una empresa está por debajo de un determinado umbral de ingresos anuales, no está obligada a participar en el sistema del IVA. El Reino Unido tiene el umbral de exención de IVA más alto, con 95.538 euros. Le siguen Suiza y Francia, con 93.414 euros y 85.800 euros. España es la única economía europea que no tiene un umbral, lo que significa que todas las empresas están en el sistema del IVA.
«Los países de todo el mundo introdujeron varias medidas fiscales para contrarrestar las dificultades económicas causadas por el Covid-19. Una medida, entre muchas otras, ha sido realizar cambios en el IVA, como retrasar los pagos, acelerar los reembolsos o reducir las tasas. Estas medidas pueden brindar un gran alivio a muchas empresas y, en algunos casos, también a los consumidores», explica Thomas Locher, analista de la Tax Foundation.
«Sin embargo, es importante tener en cuenta que, debido a los umbrales de exención del IVA, muchas pequeñas empresas no se han beneficiado de los cambios del IVA introducidos para brindar alivio durante esta crisis», precisa Locher. «Por ejemplo, las extensiones de pago del IVA y los pagos atrasados sin intereses, como los implementados en varios países, han proporcionado poco alivio directo para las empresas que están por debajo del umbral», añade. En los países más próximos a España los umbrales de exención del IVA van desde los 12.500 euros que establece Portugal, hasta los 65.000 euros que mantiene Italia. Alemania, por su parte, mantiene el nivel de exención en los 22.000 euros.
Estas medidas de alivio fiscal se suman a otras que ya implantan las economías europeas. Un tercio de los países ha creado un tipo reducido mínimo especial en el Impuesto sobre Sociedades para reducir la carga sobre las pequeñas y medianas empresas (pymes). Ocho Estados europeos cuentan con estas tasas especiales. En concreto, Bélgica, Francia, Lituania, Luxemburgo, los Países Bajos, Polonia, Portugal y Eslovaquia han implementado el tipo reducido en Sociedades para estas empresas. España no contempla esta medida, pese a tener una de las economías más dependientes de las pymes.
«El Impuesto sobre Sociedades se recauda comúnmente como una tasa fija sobre las ganancias comerciales. Sin embargo, algunos países ofrecen tipos reducidos del impuesto para las pequeñas empresas», explica Elke Assen, analista de políticas en el Center for Global Tax Policy de la Tax Foundation. De los 27 países europeos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), estos ocho imponen una tasa impositiva corporativa reducida a las empresas que tienen ingresos o beneficios por debajo de cierto umbral. Las tasas reducidas a las empresas van en 2021 del 5% en Lituania hasta el 22,8% que se ha establecido en Luxemburgo.
La mayor diferencia entre la tasa impositiva corporativa máxima reducida y la estándar se encuentra en Portugal, con 14,50 puntos porcentuales. En el país vecino, las grandes empresas pagan una tasa máxima estándar del 31,5%, mientras que las pequeñas empresas pagan una tasa reducida del 17% sobre la renta imponible hasta 25.000 euros. Francia tiene la segunda diferencia más grande, con 13,41 puntos porcentuales. El país aplica un tipo máximo estándar del 28,41% a las empresas con ingresos superiores a 250 millones de euros sobre ingresos imponibles superiores a 763.000 euros.
Mientras, las pequeñas empresas con ingresos inferiores a 10 millones de euros pagan un tipo reducido del 15% sobre beneficios de hasta los 38.120 euros. Letonia, Lituania y la República Eslovaca son tres de las economías europeas más dependientes de las pymes. Los tres países han introducido esta medida. Letonia permite a los propietarios de microempresas -empresas con ingresos inferiores a 25.000 euros- la opción de tributar al 25% de los ingresos, de los cuales el 80% constituye las contribuciones a la seguridad social del propietario y el 20% del impuesto sobre la renta personal.
España es el país con menos ayudas para las familias del entorno. En materia fiscal, las desgravaciones en la renta para familias solo alcanzan el 5,4% mientras la media de los países europeos de la OCDE avanza el 11,3%. En la Unión Europea, solo los países nórdicos tienen menos desgravaciones para las familias. Sin embargo, estos países son líderes en subsidios y ayudas directas, que es donde centran su política de ayuda a las familias. En los países europeos, una familia con un asalariado y dos hijos enfrentó en promedio una carga fiscal del 28,3% en 2020. La carga fiscal media de un trabajador soltero sin hijos fue del 39,6%, 11,3 puntos porcentuales más que una familia. En España, la misma familia del 33,9%, mientras que un trabajador soletero español 39,3%.
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