Los datos de la marcha del conjunto de la economía en la primera mitad de 2021 hablan de una recuperación tras los peores momentos que dejó la pandemia. Las cuentas de las grandes empresas también la reflejan. En el caso de las principales firmas europeas, agrupadas en el índice bursátil Stoxx 50, las 50 cotizadas más grandes del Viejo Continente por valor total de mercado ya han presentado en su mayoría los resultados correspondientes al primer semestre de 2021. De estos documentos se infiere la auténtica magnitud de la recuperación y además, se puede ver la importancia de las distintas regiones del planeta para estos titanes europeos.
En el momento de la elaboración de este artículo, 37 de las 50 empresas del Stoxx ya habían rendido cuentas. En conjunto, las 37 compañías obtuvieron en la primera mitad de 2021 unos ingresos de 963.750 millones de euros. La cifra representa un aumento del 17,34% frente a los 821.331 millones de euros del mismo periodo del año 2020.
Los expertos de Bank of America explican en un informe publicado el 29 de julio que, por aquel entonces, las empresas europeas ya estaban apuntando a unos resultados de récord. “Con cerca de un tercio de las compañías europeas habiendo desvelado sus cuentas del segundo trimestre, el 63% ha superado sus expectativas previas de beneficios por acción mientras que el 67% ha tenido más ingresos de lo que se esperaba, poniendo al alcance de la mano que sea la mejor temporada de resultados en una década en términos de expectativas de ventas superadas”.
En anteriores crisis tener una buena diversificación geográfica de los ingresos se reveló como una garantía extra para la salud del negocio de las empresas. Dado el carácter global del coronavirus, aunque ha tenido un impacto asimétrico y la recuperación también se antoja desigual, los ingresos del mercado doméstico para las empresas del Viejo Continente han sido más claves en esta ocasión (ver gráfico de la parte superior en la página derecha).
Europa, Oriente Medio y África ha seguido siendo el principal foco de ingresos entre aquellas empresas que desvelan la marcha de su actividad por regiones y además ha sido lo que más ha crecido en términos absolutos. En la primera mitad de 2021, tuvieron unos ingresos de 351.226 millones de euros, 44.551 millones más que en el tramo de tiempo comparable de 2020.
No obstante, en consonancia con la súbita recuperación económica de la región asiática y sobre todo de China, el lejano oriente fue el área geográfica con un mejor desempeño relativo de un año para otro. Las empresas europeas ingresaron en el primer semestre de 2021 un 31,38% más hasta alcanzar los 105.165 millones de euros.
Más modesta fue la evolución del negocio europeo en América. Los ingresos en el conjunto del continente aumentaron un 16,2%, hasta 184.269,2 millones de euros.
Aunque no es sencillo de constatar, el análisis de los resultados permite estimar que, quitando de la ecuación a Asia, las empresas europeas lo han hecho bastante peor en el resto de regiones emergentes que en los mercados desarrollados.
Europa, Oriente Medio y África fue la región en la que los ingresos más crecieron en términos absolutos, pero la práctica totalidad del crecimiento se debió a exclusivamente Europa (ver tabla de la página derecha). Sumando los ingresos generados en Oriente Medio y África por las pocas empresas del Stoxx 50 que tienen en consideración esta área dentro de sus resultados, se observa un repunte del 9,81% frente al aumento del 14,14% registrado en Europa según las cuentas de resultados de las empresas que entran en detallar por separado la evolución del negocio en esta otra área.
Esta tónica de mejor desempeño en mercados desarrollados frente a emergentes se hace más abultada dentro del continente americano. Los ingresos de las empresas europeas crecieron en los seis meses iniciales de 2021 un 22,34% en Norteamérica frente al incremento del 8% de América Latina.
En contraste con la evolución presentada hasta el momento, los expertos de Bank of America consideran que hay motivos para pensar que los mercados emergentes lo harán bien en el medio plazo. “Esperamos que la actividad económica de los mercados emergentes rebote un 6,3% en 2021 tras su caída del 1,9% de 2020, con el crecimiento en Asia, EEMEA (siglas en inglés para el este de Europa, Oriente Medio y África) y Latinoamérica mejorando 9,0; 6,6 y 11,2 puntos porcentuales respectivamente. Un Congreso estadounidense dividido, la vacuna del Covid, una Reserva Federal acomodaticia y una menos ruidosa guerra comercial son condiciones globales favorables para los mercados emergentes”, comentan en un informe los analistas.
En un apartado dedicado en exclusiva a Latinoamérica, Bank of America da su veredicto sobre la región. “Pese a las favorables condiciones comerciales debido al alza de precios de las materias primas, la región es la peor en términos de dinámica del virus y tiene un ritmo de vacunación muy lento, con Chile siendo la notable excepción. Además, el aumento de los tipos de interés reales en Estados Unidos añade presión a economías altamente endeudadas como por ejemplo Brasil o Argentina”.
Los analistas consideran que la incertidumbre política añade complejidad al futuro de Latinoamérica, en alusión a las próximas citas electorales de Argentina y Chile y a la reforma fiscal de Colombia. “En el lado positivo, muchas de las divisas de Latinoamérica y las rentabilidades de la deuda ya están dando en precio un elevado riesgo”.
El experto Nick Payne, responsable de estrategia de mercados emergentes globales de Jupiter AM, explica por qué los mercados desarrollados han funcionado mejor que los emergentes por el momento. Según Payne, se está produciendo como una especie de “demora” que hace que los países en desarrollo vayan un punto atrás en el tiempo en lo que a la salida de la pandemia se refiere.
El estratega ahonda en que incluso dentro del mundo de los considerados países en desarrollo se está produciendo una recuperación a dos velocidades. De un lado, China y el norte de Asia, con una economía que roza la absoluta normalidad. En el lado opuesto, América Latina, África, el sur de Asia y Oriente Medio todavía van rezagados.
Payne habla de dos grandes motivos que explican esta asincronía. “En primer lugar el ritmo de vacunación, que está siendo más lento que en los países desarrollados”. En Europa los porcentajes de población con al menos una dosis de la vacuna contra el Covid recibida superan el 70% en algunas naciones como España o Reino Unido. En la mayor parte de Asia y de Latinoamérica el rango suele estar entre el 20% y el 40%. A día cinco de agosto, según la web Ourwoldindata, Argentina era la nación de América Latina que más población tenía vacunada con al menos una dosis (57,09%). Por su parte, México tenía en esa fecha al 38,24% de su población con una dosis.
La segunda gran razón de este menor ritmo de recuperación económica en los mercados emergentes son los estímulos fiscales y monetarios. Tal y como explica Payne, mientras que las grandes potencias han inundado sus economías con una auténtica lluvia de dinero mediante estímulos fiscales y monetarios, los países emergentes no han podido activar nada parecido en lo que a magnitud y contundencia se refiere. “El crecimiento de los mercados emergentes es menos espectacular que los de los países desarrollados porque los segundos están artificialmente inflados. Es como un hombre que toma café varias veces al día durante todos los días. Los mercados emergentes no están bebiendo ese café”, cuenta Payne usando una analogía.
Preguntado por regiones, el estratega de Jupiter AM pone en duda que después de tantos años de estímulos las economías desarrolladas puedan vivir sin ellos tan fácilmente. Sobre China, destaca que es el único país que ha adoptado políticas fiscales y monetarias restrictivas en los últimos tiempos y que por ende tiene margen de maniobra en caso de que la variante Delta ponga las cosas difíciles. Al respecto de Latinoamérica, opina que la recuperación debería acelerarse, pero advierte que el ruido político será un problema.
No todo son noticias brillantes. Los expertos de Bank of America destacan en su informe sobre los resultados empresariales que las menciones a la inflación se han disparado dramáticamente en las conferencias de presentación de las cuentas. En Estados Unidos, han aumentado un 1.000% mientras que en las de empresas europeas el repunte es del 400% frente al año pasado, el mayor salto desde 2008 y un nuevo máximo histórico en ambos casos. Una prueba de la preocupación que infunda en las empresas el auge de los precios.
En relación al futuro desempeño de los mercados emergentes, una letra del alfabeto griego ocupa un lugar prominente en el apartado de preocupaciones de Bank of America: Delta. La variante del Covid-19 está generando nuevamente incertidumbre. “Nos mantenemos cautos respecto a los emergentes debido a que los participantes del mercado se muestran preocupados por el crecimiento global del impacto de la variante Delta”. El miedo de fondo, es que países como China retomen la senda de las restricciones. Tal y como empieza a suceder.
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