La reforma de pensiones que ha puesto en marcha el Gobierno traerá consigo medidas que, eventualmente podría impactar a la baja en la cuantía de las futuras prestaciones. La contención del gasto en esta partida, o al menos la consecución de suficientes ingresos para su pago, es uno de los objetivos que el Ejecutivo persigue con la reforma tal y como reclama la Comisión Europea a nuestro país en sus recomendaciones específicas. Sin embargo, las señales que arroja el sistema público apuntan a que la senda de gasto en la partida crecerá en los próximos años. Concretamente, las nuevas jubilaciones cuentan con pensiones que ascienden al 76% del salario medio de los españoles.
Es decir, mientras el sueldo medio asciende en nuestro país a 1.907 euros, la prestación media que reciben los nuevos jubilados es de 1.451 euros. Sobre la pensión media de jubilación actual -no la de nuevas altas- que se situaba en el pasado mes de julio en 1.185 euros, según la última nómina publicada por la Seguridad Social, la proporción es del 62% del sueldo medio de los trabajadores. Cabe recordar en este punto, que el de los jubilados es el único colectivo que ha visto incrementado sus niveles de renta durante los años posteriores de recuperación de la economía española, concretamente un 14,8%.
En este sentido, las medidas ya pactadas por el Gobierno y los agentes sociales en la primera parte de la reforma del sistema de pensiones aventuran una senda en la que por un lado se incrementará el gasto por el efecto de las revalorizaciones con el IPC, mientras que se garantiza el mantenimiento del poder adquisitivo del colectivo. Por lo que reducir esta ratio entre la pensión media y los salarios solo llegaría gracias a una mejora general de las remuneraciones de los trabajadores.
Así, si la pensión media que reciben los jubilados en España representa el 62% del salario medio nacional que perciben los trabajadores en 2021, una tasa que ha mejorado 12 puntos en la última década, la respuesta se encuentra en mientras que las pensiones de jubilación se han revalorizado en los últimos diez años un 30,29%, los salarios, pese a ser más elevados, solo han crecido un 4,85% -afectados por las devaluaciones sufridas tras los años de la crisis de 2008 y ahora con el impacto de la crisis sanitaria-.
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