Una cuestión de impuestos. Una de las principales razones que se esconden detrás del alto recibo de la luz que se paga en España radica en la presión fiscal. El coste de energía representa el 27% de la factura de los clientes residenciales, mientras que los costes no relacionados con el suministro, como impuestos y recargos, suponen casi el 60% de la factura. De hecho, los impuestos solo representan en el entorno del 33% de la factura y este año el Estado recaudará unos 8.500 millones de euros por todos estos conceptos, unos 2.150 millones más de lo ingresado en 2020.
Bruselas se lo transmitió así el pasado mes de mayo al Gobierno, cuando tras varias preguntas en el Parlamento europeo sobre la posibilidad de establecer topes en los precios, como propone Podemos con la energía nuclear y la hidroeléctrica, la comisaria de Energía, Kadri Simson, mostró su oposición.
«El impuesto especial español sobre el consumo doméstico de electricidad está muy por encima del mínimo de la Unión Europea establecido por la Directiva de Fiscalidad de la Energía», aseguró.
Podemos sigue insistiendo, pero ya advirtió de que «aunque la supervisión regulatoria es indispensable para el funcionamiento de los mercados de la energía, los límites de los precios al por mayor son contrarios al diseño del mercado de la electricidad de la UE».
Según Simson, «la mejor manera de conseguir que las facturas de electricidad de todos los consumidores sigan siendo bajas consiste en garantizar que el diseño general del sistema sea eficiente».
El impuesto especial de fabricación marcado por el Ministerio de Industria, como el la gasolina o el tabaco, aparece en todos los recibos de la luz, independientemente de tu tarifa eléctrica o compañía, y corresponde a un 5,113% del término de potencia y de consumo.
Pero es que la luz soporta además un 21% de IVA, que se aplica sobre el total de la factura, incluido sobre el impuesto a la electricidad, y una del 7% a la generación. En el primer caso el pasado mes de junio, el Gobierno aprobó por urgencia la bajada del IVA al 10% hasta final de año para todos los consumidores con potencia contratada hasta 10 kilovatios (kW), siempre que el precio medio mensual del mercado mayorista de la electricidad esté por encima de los 45 euros por megavatio hora (MWh) y el segundo hubo una suspensión durante el tercer trimestre.
Powered by WPeMatico