Este miércoles, la comisaria europea de Energía, Kadri Simson, ha presentado su paquete de respuestas para afrontar los altos precios de la energía, que no incluye acciones urgentes y excepcionales, como reclaman algunos países como España y Francia. La Comisión entiende que, en el corto plazo, los Estados «son los que están en mejor posición y equipados», y considera que las normas comunitarias permiten reaccionar con «flexibilidad» a esta situación.
Sin embargo, ha descartado intervenir el mercado eléctrico para atajar la escala de precios que viene registrando la luz en los últimos meses. La comisaria de Energía, Kadri Simson, ha presentado hoy el documento que Bruselas prometió a las capitales para hacer frente a la situación actual en el que prevé, como medidas principales, rebajas a la fiscalidad, ayudas a empresas intensivas en consumo eléctrico y a familias vulnerables o impulsar las renovables.
La caja de herramientas que ofrece el Ejecutivo comunitario agrupa las opciones que ya están a disposición de las capitales según la legislación vigente, como quería Alemania, y no contempla «medidas excepcionales para situaciones excepcionales», como reclama España con apoyo de Francia, entre otros. Así, ha aparcado para una reflexión a medio plazo medidas que ha propuesto el Gobierno español para responder a la escalada del precio de la electricidad, como la posibilidad de acometer compras conjuntas de gas para crear reservas estratégicas, al tiempo que ha instado a las capitales a dar «prioridad» a actuaciones ya previstas en la legislación actual que pueden tener un impacto «inmediato».
Bruselas propone que los países brinden apoyo de emergencia a los consumidores vulnerables, por ejemplo, mediante «cupones» energéticos, el pago parcial de sus facturas o aplazando temporalmente los pagos o a través de reducciones impositivas, y sugiere que se proporcione «ayuda a empresas o industrias, de conformidad con las normas de la UE sobre ayudas estatales».
El análisis del Ejecutivo comunitario parte de la idea de que el escenario actual tiene carácter temporal y la causa principal con los precios del gas. Estos, añade el texto, «seguirán siendo altos durante los meses de invierno y caerán en primavera, cuando se espera que la situación se estabilice» aunque todavía a niveles superiores a la media de los últimos años. A medio plazo, la Comisión afirma que «explorará los posibles beneficios de compras conjuntas» de gas con el objetivo de «crear reservas estratégicas», en línea con la sugerencia planteada por el Gobierno español. En cualquier caso, estas operaciones serían «voluntarias» y en consonancia con las reglas comunitarias de competencia.
La vicepresidenta tercera del Gobierno, Teresa Ribera, ha asegurado que las propuestas presentadas este miércoles por la Comisión Europea (CE) para combatir los precios de la energía son «manifiestamente incongruentes» y no abordan «la excepcionalidad de la situación». Según ha informado el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Ribera considera «llamativo» que la CE reconozca en su paquete respuesta «ser consciente del impacto económico que tiene para la industria, para la economía y para las familias europeas la evolución del precio del gas», y, sin embargo, presente propuestas que «no dejan de ser manifiestamente incongruentes».
«No abordan la excepcionalidad de la situación en la que estamos con medidas excepcionales a la altura del desafío que tenemos por delante», ha explicado. Por otro lado, la vicepresidenta cree que es «muy interesante» el impulso que pretende dar la CE a la contratación bilateral a medio y largo plazo, una medida que Ribera asegura que están evaluando con los distintos sectores industriales y con el sector energético. Sin embargo, Ribera defiende que, aunque es bueno que el mercado cuente con referencias de precio, ésta no debe ser la vía más frecuente de obtención de precios, ya que «el coste de generar electricidad no es el que refleja el precio que traduce el mercado mayorista».
La vicepresidenta del Ejecutivo también valora positivamente la vigilancia tanto del mercado de emisiones de dióxido de carbono (CO») como del mercado eléctrico, con el objetivo de que «el precio del gas no contamine el precio de la electricidad». Por último, Ribera advierte de que los altos precios del gas natural pueden mantenerse «algún tiempo», y cree que sería «una pena que Europa no esté a la altura de las circunstancias».
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