La vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, lo dijo hasta tres veces: el Gobierno debe aprobar un «paquete equilibrado» de medidas laborales. Un matiz que cobra especial relevancia por el foro elegido: la inauguración del XII Congreso Confederal del sindicato CCOO en presencia no solo de 800 sindicalistas, también del secretario general de UGT, Pepe Álvarez. Aunque también del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, presentes ambos en la apertura del congreso del sindicato que dirige Unai Sordo que, con toda probabilidad, repetirá cuatro años más al frente de la central sindical.
De ministros, estaban presentes la responsable de Hacienda, María Jesús Montero, y el de Seguridad Social, José Luis Escrivá. Quien no estaba era la vicepresidenta segunda y responsable de la negociación de la reforma laboral con los agentes sociales, Yolanda Díaz, que asistirá a la clausura del Congreso el próximo sábado cuando se vote la nueva Comisión Ejecutiva de CCOO.
Sin embargo, la sorpresa por la matización del «paquete equilibrado» en referencia a la reforma laboral se convirtió en perplejidad cuando se preguntó a Calviño si consideraba que el borrador presentado por el Ministerio de Trabajo en la mesa de negociación era un «paquete equilibrado». La vicepresidenta explicó que tan solo ha habido «contactos preliminares» con los agentes sociales y que no se ha iniciado la fase de negociación y concreción de ese paquete «equilibrado» de reformas, unas palabras que han generado cierto malestar en el equipo de Yolanda Díaz.
«Digo siempre que es equilibrado porque muchas veces la atención se centra en uno u otro elemento y creo que de aquí a final de año el reto que tenemos es el de llegar a un acuerdo sobre todos los elementos que forman parte de esa hoja de ruta, definida de forma conjunta con los agentes sociales y plasmada en el Plan de Recuperación», señaló Calviño. «A partir de estas próximas semanas tenemos que empezar a trabajar intensamente con los agentes sociales». La mesa de la reforma laboral lleva trabajando con reuniones semanales desde mediados de marzo. El primer borrador se entregó el 30 de marzo.
Calviño dijo que los agentes sociales han de abordar cuestiones como la simplificación de los contratos laborales o la reducción de la temporalidad excesiva. Además, de la modernización de la negociación colectiva, la regulación adecuada de las subcontratas o el establecimiento de un nuevo mecanismo de estabilidad y estabilización del empleo que permita tener la necesaria flexibilidad interna de las empresas «pero sin la destrucción de empleo».
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