El panel de la consultora PWC, conformado por expertos, directivos y empresarios, ha rebajado en punto y medio sus proyecciones de crecimiento para España respecto a su anterior informe, publicado en julio, y prevén que cierre 2021 con una subida del PIB del 4,8%. El documento, conocido este domingo y elaborado basándose en más de un centenar de respuestas recogidas a lo largo del mes de noviembre, refleja una creciente preocupación sobre el impacto y la duración de las presiones inflacionistas.
De hecho, la subida de precios registrada en los últimos meses es vista ya como el principal riesgo para la economía a medio plazo para casi el 90% de los encuestados, pese a que en la misma proporción admiten que se trata de un fenómeno de carácter «transitorio». La mayoría, además, ha alertado del peligro que supondría trasladar ese repunte de precios a los salarios, con el consiguiente incremento de costes que supondría, y alertan de que en ese caso la inflación podría pasar a ser un factor «estructural».
La «moderación» de sus previsiones macroeconómicas «está en línea con las estimaciones de la mayoría de los organismos internacionales», han recordado los responsables de PwC, que vinculan esta rebaja con «una demanda interna más débil de lo esperado» debido en parte al «retraso» el despliegue de los fondos europeos «Next Generation». De hecho, también han recortado su proyección de cara a 2022, que baja tres décimas (del 5,5 al 5,2%); en contraste, el Gobierno mantiene la expectativa de crecer un 6,5% este año y un 7% el que viene, según recuerda la agencia Efe.
Preguntados por cuándo comenzará la retirada de estímulos monetarios -en alusión sobre todo a la compra de bonos por parte del Banco Central Europeo-, dos terceras partes del panel no prevén que se inicie ese proceso antes del segundo trimestre de 2022. De hecho, la previsible subida de tipos de interés podría retrasarse «al menos hasta diciembre de 2022», de acuerdo con la mayoría de entrevistados. El informe de PwC recoge igualmente el temor a un posible rebrote del coronavirus como «factor que más condiciona la coyuntura económica a corto plazo», pese a que la encuesta se realizó antes de que comenzara la alarma por la variante ómicron. Por el contrario, baja la preocupación respecto a estudios anteriores en relación con el déficit y la deuda pública.
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