La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) advierte de la amenaza que puede suponer para la economía la prolongación de las tensiones políticas en Cataluña. Y estima que el año que viene el Producto Interior Bruto de España podría recortarse entre 4 décimas y 1,2 puntos. Esto es: se podrían perder entre 4.000 y más de 12.000 millones de euros, dependiendo de en qué medida persiste el conflicto catalán durante 2018.
El Gobierno ha rebajado en tres décimas la previsión de crecimiento del PIB para 2018 por la situación en Cataluña. Sin embargo, la Autoridad Fiscal alerta de que esa estimación no considera la probabilidad de que el problema se enquiste. «El impacto de la incertidumbre asociada a la situación en Cataluña incorporado a las previsiones oficiales es prudente y parece contemplar un escenario en el que la crisis institucional sea de relativa corta duración», afirma el informe que elabora la Airef sobre el plan presupuestario que el Gobierno ha enviado a la Comisión Europea.
En el supuesto de que el conflicto se convirtiese en algo permanente durante 2018, el impacto podría ser mucho mayor y superaría los 12.000 millones de euros en el peor de los escenarios que maneja el organismo que preside José Luis Escrivá. El informe recuerda que Cataluña representa alrededor de un 20% del PIB español y que, por tanto, cualquier cosa que le afecte tendría un impacto muy significativo en el conjunto de la economía española. De ahí que, si el empleo cayese un 1% en Cataluña, en el resto de España se reduciría un 0,17% y en el conjunto retrocedería un 0,21%, indica la Airef.
La institución encargada de velar por las cuentas públicas sostiene que estos efectos podrían traducirse en un deterioro del déficit público entre 2 y 5 décimas al perderse PIB e ingresos. Y eso hace que la meta de un déficit del 2,2% exigida por Bruselas sea más difícil de cumplir. De hecho, el Ejecutivo ya ha empeorado su previsión de déficit en una décima, hasta el 2,3%. En todo caso, parece que aun así quedaría por debajo del 3%, lo que permitiría a España salir del procedimiento de tutela europeo que se impone a los países con las cuentas públicas descontroladas.
La Autoridad Fiscal subraya que ahora mismo resulta muy difícil predecir cuál será el comportamiento de la actividad en los próximos trimestres. En este contexto de inestabilidad política, las métricas estándar sirven de poco. Hasta el momento, los datos que iban llegando sobre la economía eran buenos. Y el entorno exterior se presentaba favorable, tanto por las condiciones financieras como por la mejora de perspectivas en la zona euro. Hasta el punto de que la previsión original de la Airef para 2018 era un crecimiento del PIB del 2,7%. Solo que esa cifra se perfilaba antes de que ocurriesen las tensiones políticas en Cataluña. A partir de ahora se abre un periodo de incertidumbre en el que será muy difícil dibujar proyecciones macroeconómicas, según señalan fuentes de la Autoridad Fiscal. El organismo apunta que en cualquier caso estas dinámicas podrían notarse por cuatro canales: un menor consumo, una menor inversión, unos mayores costes de la deuda y un racionamiento del crédito.
Bajo el peor de los supuestos que maneja la Airef, el crecimiento de la economía rondaría el 1,5%. Dado que la creación de puestos de trabajo ha crecido al mismo ritmo que el PIB, eso significaría que de continuar la tendencia el año que viene se generarían unos 250.000 empleos menos que los 500.000 creados en 2017, siempre en el peor de los supuestos. En sus previsiones remitidas este lunes a Bruselas, el Gobierno baraja que en 2018 se creen 425.000 nuevos empleos.
Respecto a las repercusiones inmediatas que pueda tener sobre la economía, fuentes de la Airef recalcan que la inercia hará que este año todavía sea bueno. Para que en 2017 el crecimiento del PIB cayese por debajo del 3%, este tendría que bajar en el cuarto trimestre del 0,4%, algo que por el momento no se observa, explican.
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