El BCE dejó sin cambios los tipos de interés en el cero y mantuvo lo anunciado en septiembre: la prolongación de las compras de deuda hasta septiembre de 2018 –o más allá si fuera necesario– por una cuantía a partir de enero de 30.000 millones de euros; la reinversión de los vencimientos de deuda y la previsión de que los tipos se mantendrán en los niveles actuales durante un tiempo que superará con creces el horizonte del fin de las compras de deuda. “No hay cambio en el lenguaje o la intención”, afirmó Draghi, que aseguró que no se ha discutido sobre el fin del programa de compras de deuda.
El BCE sí lanzó en cambio un mensaje de mayor confianza en el crecimiento de la zona euro, con la revisión al alza de sus previsiones de PIB e inflación. Prevé un alza del PIB este año del 2,4%, frente al 2,2% de su estimación de septiembre. El crecimiento en 2018 sería del 2,3%, que contrasta con el 1,8% de la previsión anterior; del 1,9% en 2019 –frente al 1,7% estimado en septiembre– y del 1,7% en 2020, en la primera estimación lanzada para ese último ejercicio.
El BCE también ha revisado al alza sus previsiones de inflación, que a duras penas se acercan al 2% de objetivo marcado por la institución ni siquiera en 2020. Para ese año el BCE prevé un alza de precios del 1,7%. Este año subirán el 1,5%, en línea con lo esperado en septiembre, y subirán el 1,4% en 2018 y el 1,5% en 2019, frente al 1,2% y 1,5% de las estimaciones anteriores. “Tenemos confianza en el alza sostenida de la inflación. La revisión de las previsiones económicas va en la dirección adecuada”, sentenció Draghi.
Draghi ha querido restar importancia al hecho de que la inflación no vaya a alcanzar el 2% en 2020. Ha recordado que el objetivo del BCE es aproximar el alza de precios a ese nivel, sin precisar cuán cerca debe estar. Para el presidente de la institución, la prioridad es que el alza de precios sea sostenible en el medio plazo y que se mantenga por sí sola, sin el apoyo de los estímulos del BCE.
Draghi ha evitado además dar ningún tipo de pista sobre cuándo podría llegar la primera subida de tipos de interés en la zona euro ni si llegaría antes de que finalice su mandato, en noviembre de 2019. La clave es por tanto que esa tasa de inflación del 1,7% en 2020 –con una inflación subyacente en el 1,8%– se alcanzara ya sin los estímulos del BCE. “Una subida de tipos sería una buena noticia”, se limitó a señalar Draghi, cuyas palabras apenas han causado reacción en el mercado.
El presidente del BCE reconoció que el largo período de tipos de interés en mínimos es caldo de cultivo para la creación de inestabilidad financiera, pero aseguró que el BCE vigila de cerca posibles desequilibrios y que no ha detectado ningún riesgo sistémico, tan solo algunos riesgos locales.
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