El IPC se situó en noviembre en el 1,7%, una décima más que el dato adelantado por el INE hace dos semanas. La subida de precios, también una décima por encima de la del mes de octubre, se produce fundamentalmente por la subida de los carburantes, tanto para el transporte como para la calefacción de los hogares, que se encarecen entre un 6,7% y un 8,9%. Por el contrario, tiran hacia abajo del índice las prendas de vestir, que suben menos que hace un año. También contribuyen a la contención del IPC los hoteles, cafés y restaurantes, los alimentos y el ocio y la cultura.
Con el petróleo al alza desde el verano, en una economía fuertemente dependiente del crudo y sus derivados, los precios de los carburantes, tanto para el transporte como para la vivienda tiran hacia arriba de estos dos grupos, que son de los de mayor peso en la cesta de productos que componen el índice. En el caso de la partida de carburantes y lubricantes para vehículos personales, han subido un 6,7% respecto a hace un año, una tasa 3,3 puntos por encima de la del mes de octubre. La subida se acentúa al compararla con el dato del mes de noviembre de 2016, de apenas el 0,2%. Es la causa principal de que la parte de la cesta dedicada al transporte se encarezca un 3,5% respecto a hace doce meses.
Por su parte, el grupo de la vivienda sube un 2,5%, también por causa de los productos energéticos. Los combustibles líquidos para el hogar se encarecieron en noviembre un 8,9% respecto al mismo mes del año anterior, mientras que el gas subió un 7,1%. Para terminar de empujar hacia arriba los gastos del hogar, la partida de electricidad subió en noviembre a un ritmo del 3,5% respecto al mismo mes del año anterior.
En el lado contrario, entre los grupos que contribuyen a contener el índice el más destacado es el de vestido y calzado. Y eso pese a que, en noviembre, a pesar de la campaña de descuentos del Black Friday, la ropa se encareció un 5% respecto a octubre. No obstante, en el cómputo anual, las prendas de vestir y complementos apenas subieron un 0,4%. El fin de la temporada turística también hizo caer los precios en el grupo de hoteles, cafés y restaurantes, un 0,7% mensual; si bien en tasa anual experimentan una subida del 1,8%, esta es tres décimas inferiores a la del mes de octubre.
Otro de los grupos que tira hacia abajo del IPC es el de los alimentos. En realidad, los alimentos suben un 2,2% respecto a octubre de 2016, pero la tasa es una décima menor que en octubre, gracias a una caída mensual —noviembre contra octubre— del 0,2%. Dentro del grupo de los alimentos, destacan algunos productos. Por ejemplo, el aceite de oliva estaba en noviembre un 11% más caro que doce meses antes, por un 8% de las frutas frescas y un 7,5% de las verduras frescas. En cambio, las patatas estaban un 11% más baratas que un año antes.
Con el IPC en noviembre al 1,7%, los sindicatos reclamaron subidas salariales para que los trabajadores no pierdan poder adquisitivo. Así, CC OO denunció que los salarios pactados en convenio han subido hasta noviembre una media del 1,43%, frente a un 2, 04% de inflación media entre enero y noviembre, por lo que acumulan una pérdida de poder adquisitivo de seis décimas. En el caso de las pensiones, la pérdida de poder de compra se eleva a 1,8 puntos porcentuales. Enfrente, situó una subida de los beneficios empresariales han crecido un 4,8% interanual en los tres primeros trimestres. Ante esta “recuperación desigualmente repartida”, reclamó una subida salarial “por encima del IPC” y denunció “la cerrazón de las organizaciones empresariales a permitir que las y los trabajadores participen de la prosperidad de las empresas”.
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