«Si una mujer está segura de que está cobrando menos que un hombre, podrá reclamar jurídicamente su derecho a recibir una misma remuneración por un mismo trabajo», ha explicado la ministra de la Mujer en funciones, la socialdemócrata Katarina Barley.
«En Alemania, el sueldo de los demás sigue siendo un tema tabú y un misterio. La mayoría de las mujeres, por lo tanto, a menudo no saben cuánto ganan en comparación con sus compañeros de trabajo hombres que desempeñan una misma función», ha añadido.
En un país cuyo tejido productivo lo conforman principalmente empresas familiares de pequeño y mediano tamaño, se estima que esta nueva regulación de transparencia salarial afecte a cerca de 18.000 compañías.
Además, las empresas que cuenten con más de 500 empleados, cifradas en torno a unas 4.000 en el país, deberán elaborar informes periódicos sobre la igualdad salarial en sus cuadros internos, con el objetivo de garantizar que se respeta el principio de «mismo salario para el mismo trabajo».
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