El acuerdo de incremento salarial firmado ayer por patronal y sindicatos «es un esfuerzo de los empresarios porque esto se hace con nuestro dinero» ha dicho hoy el presidente de la patronal de las pequeñas y medianas empresas (Cepyme) y vicepresidente de CEOE, Antonio Garamendi, que ha defendido este pacto de negociación colectiva ante el máximo órgano directivo de la patronal, que ha aprobado el texto por unanimidad.
El presidente de CEOE, Juan Rosell, por su parte, además de defender el incremento anual del 2% más un 1% adicional ligado a la productividad, los resultados o el absentismo, ha destacado especialmente la fijación de un salario mínimo de 14.000 euros anuales, que se negociará en los convenios colectivos, «porque es deseable para dar un empujón a los salarios bajos», ha dicho el líder patronal.
Además, Rosell y Garamendi han puesto en valor, además del pacto de convenios, los acuerdos a los que han llegado con los sindicatos para negociar con el Gobierno cambios legales en materia laboral, que retocan la reforma de 2012, como los cambios en las subcontratas, o todo lo relacionado con la lucha contra el absentismo y la economía sumergida. Ambos, han considerado que no tendrán problemas ni con el nuevo Gobierno ni con los apoyos parlamentarios necesarios para llevar a cabo estos cambios. Pero una vez hechas estas valoraciones positivas, los dirigentes empresariales también han lanzado varias advertencias ante los anuncios del nuevo Ejecutivo socialista de crear nuevas figuras impositivas o eliminar los topes máximos de cotización, para obtener más ingresos con los que financiar el sistema de pensiones.
Concretamente, ante la intención del Gobierno de destopar las bases máximas, Garamendi -cuyo nombre suena como candidato a suceder a Rosell al frente de CEOE- considera que «bastante esfuerzo está haciendo los empresarios ya» y aseguró que los 4.500 millones de incremento de coste laboral para empresarios y trabajadores que supondría esta medida «supondría romper la productividad y la competitividad de las empresas y no vamos a estar de acuerdo». Precisamente, la mejora de la productividad será la que marque que los sectores y las compañías puedan pactar alzas salariales de hasta el 3% en lugar de quedarse en el 2% de la parte fija pactada en el acuerdo de ayer. De ahí, que, sin advertirlo expresamente, el presidente de Cepyme, si sugirió que un destope de bases repercutiría directamente en menos incrementos retributivos de los trabajadores.
Asimismo, Garamendi rechazó también «cualquier subida de impuestos que, de antemano les digo, no nos va a gustar nada». En su opinión, es mejor que la lucha contra la economía sumergida haga que «se mantengan las bases imponibles, pero que haya más gente pagándolas». En ese sentido, Rosell aseguró que, si se lograra reducir en seis puntos el actual peso de la economía sumergida, que cifró en el entorno del 20%, los ingresos impositivos aumentarían en dos o tres puntos.
En esta línea, el presidente de Cepyme también planteó que, si los trabajadores autónomos cotizaran según sus ingresos reales y no eligiendo la base de cotización como ocurre en la actualidad, la parte de los 18.500 millones del déficit de la Seguridad Social que generan los trabajadores por cuenta propia, que cifró en 6.500 millones, esos números rojos se reducirían en más de 2.000 millones de euros. Sin embargo, reprochó a los grupos parlamentarios que hayan considerado que esta cotización según ingresos de los autónomos «no toque ahora, porque son votantes» y hay tres millones de votos en juego.
De la presentación del acuerdo de negociación colectiva ante la Junta Directiva de CEOE-Cepyme, los dirigentes patronales destacaron la unanimidad de su aprobación. Si bien admitieron que hubo intervenciones de representantes de algunos sectores que se quejaron de algunas de las medidas pactadas. En concreto, fuentes empresariales indicaron que fueron los dirigentes del sector de la limpieza los que más se quejaron de la recomendación de implantar un salario mínimo de convenio de 14.000 euros anuales.
Rosell, por su parte, destacó dos de las medidas pactadas con los sindicatos y que deberán negociarse con el Gobierno porque requieren o bien dotación presupuestaria o cambios legislativos o ambas cuestiones. Se trata, por ejemplo, de la adopción de un sistema para incentivar los ajustes temporales de empleo o de reducción de horas de trabajo como alternativa a los despidos en tiempos de crisis. Consistiría en imitar al modelo alemán en el que, cuando llega una crisis las empresas suspenden parte de su producción y los trabajadores que la realizaban pasan a formarse, sin detrimento de su protección social ni su salario. «Es un sistema muy caro, admitió Rosell» pero, en su opinión podría ser muy útil para evitar despidos en la próxima crisis. En segundo lugar, el líder de CEOE también destacó el pacto con los sindicatos para «desburocratizar» los despidos pactados, de forma que no haga falta la carta de despido para cobrar la prestación por desempleo en los casos en los que la relación laboral termine de común acuerdo.
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