El sábado entró en vigor la prueba de emisiones llamada WLTP que tendrán que pasar todos los coches de nueva matriculación. Este test ya lleva en vigor un año, pero no todos los vehículos estaban obligados a pasarlo, ahora sí. El mayor temor de los fabricantes era que el WLTP encareciera los coches, ya que un mismo automóvil mostrará que emite más gases contaminantes que antes, y eso repercute a su vez en el impuesto de matriculación que se mide según las emisiones del coche.
Los vehículos que se han ido homologando con esta prueba, que incluye situaciones de conducción real (el antiguo NEDC se realizaba en laboratorio), usan un valor adicional para el impuesto de matriculación que es muy similar a la cifra que saldría con la antigua norma de emisiones. El Ministerio de Industria aprobó este viernes una prórroga para que se siga usando este valor hasta el 31 de diciembre de 2020, lo que supone una gran noticia para los fabricantes, ya que tiene una diferencia al alza en emisiones de entre el 5% y el 7%, en comparación con el 20% más de media que marcaría el coche si se usase el WLTP.
Anfac, la asociación nacional de fabricantes de coches, valoró “positivamente la aprobación de esta ampliación del periodo de transición entre las dos normativas”. “Esta medida limita la posible caída de la demanda que se hubiera producido por un incremento de la tributación sobre cada automóvil nuevo y consigue un entorno de estabilidad para el mercado para los próximos años”, aseguró Mario Armero, vicepresidente ejecutivo de Anfac. Por su parte, Ganvam, la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos, consideró que la medida es “solo un parche”, aunque destacó que significa un respaldo del Ejecutivo al sector del automóvil.
Los tramos del impuesto de matriculación son de 0% (cuota a pagar) para vehículos con emisiones menores o iguales a 120 gr/km de CO2; 4,75% para vehículos con emisiones mayores a 120 y menores a 160 gr/km de CO2; 9,75% para vehículos con emisiones mayores o iguales de 160 y menores de 200 g/km CO2; y 14,75% para vehículos con emisiones superiores o iguales a 200 g/km CO2. Lorenzo Vidal de la Peña, presidente de Ganvam, aseguró a Cinco Días que si el WLTP se aplicaba a partir del 1 de enero de 2019 como estaba previsto hasta ahora, iba a encarecer los vehículos de nueva matriculación una media de entre 1.000 y 1.500 euros.
“Lo deseable sería que, en lugar de parchear las medidas de Bruselas, se pusiera en marcha una fiscalidad vinculada realmente al medio ambiente, que trasvase la presión de la compra al uso”, aseguró Vidal de la Peña. Anfac propone que se penalice con un gravamen el uso y no la compra, es decir, que paguen más aquellos que contaminen más.
El sector se queja de que el Gobierno debería centrarse en rejuvenecer el parque automovilístico, que ya tiene más de 12 años de media de edad. Solo el 9,6% de los coches que hay en circulación en España cumplen con la última normativa de emisiones, el Euro 6. Hay más vehículos en la calle que no llegan a cumplir el Euro 2 (vigente entre 1997 y 2001), que los que respetan la regulación actual, un 10,8% de los vehículos.
“Hace falta un plan de achatarramiento y de ayuda a la compra del vehículo nuevo. Pero tiene que ser un plan estructural, no algo puntual. Sería positivo, por ejemplo, que al cliente se le diese una ayuda para que cambie su vehículo por uno de hace cinco años, no que sea obligatoriamente nuevo, ya que gran parte de la gente no puede compra un automóvil 0 Kms”, remarcó Vidal de la Peña.
A la vejez se suma el debate sobre el diésel, un carburante al que la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, sentenció “de muerte” el pasado 11 de julio. Unas declaraciones que fueron criticadas por el sector, ya que según Anfac los nuevos coches emiten hasta un 84% menos de NOx, un 90% menos de partículas y un 30% menos de CO2.
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