La subida del IRPF a las rentas altas que el Ministerio de Hacienda ha aceptado negociar con Unidos Podemos, para lograr su apoyo parlamentario a los nuevos Presupuestos Generales del Estado, podría situar el tipo máximo del gravamen sobre la renta de España entre los diez más elevados de toda la Unión Europea.
La última remodelación fiscal del ya exministro de Hacienda Cristóbal Montoro dejó el tipo máximo marginal del IRPF en el 45% para las rentas superiores a los 60.000 euros. Un nivel de presión fiscal para las rentas altas que colocó a España justo por encima de la media de los 19 Estados de la zona euro, que en 2018 se sitúa en un tipo del 42,6%, según los datos recopilados por la Comisión Europea.
La cifra efectiva en España se sitúa en realidad ligeramente por encima, ya que el gravamen se establece con un tipo estatal (situado hoy en el 22,5%) y otro autonómico, que en este caso oscila entre el 21% de Madrid y el 25,5% de Cataluña. Es decir, que en la actualidad los madrileños pagan un tipo máximo del 43,5% mientras que los catalanes abonan ya un 48%, siendo la media del conjunto de regiones un 46,5%.
Unidos Podemos venía reclamando al Gobierno de Pedro Sánchez que eleve el tipo marginal para rentas superiores a los 60.000 euros. Tras la negativa de Hacienda a elevar la carga fiscal sobre profesionales liberales –como médicos, arquitectos o abogados– situados sobre este umbral de rentas, la formación morada incrementó luego el nivel propuesto a los 120.000 euros, primero, y a los 140.000 euros, después, según reveló el lunes su secretario general, Pablo Iglesias.
Desde Hacienda aseguran que siguen renuentes a impulsar un cambio en el tributo, pero han aceptado negociar un incremento a partir de los 150.000 euros. Sus cifras se basan en la propuesta de presupuestos alternativos que el PSOE presentó en abril, todavía desde la oposición. La iniciativa socialista consistía en elevar el tipo estatal al 26,5% a partir del citado nivel de rentas.
Como resultado, manteniendo fijos los actuales tramos autonómicos, el tipo medio aplicado en España para las rentas superiores a 150.000 euros se elevaría al 50,6%. De aplicarse esta medida, el tipo máximo del IRPF español se situaría entre los más altos de toda la UE, superando el 47,5% de Alemania, el 47,2% de Italia o el 45% de Reino Unido, por citar algunos de los países comparables. De hecho, este tipo de gravamen sería el noveno más alto de los 28 socios comunitarios, apenas por debajo del 51,5% de Francia o el 52% de Holanda.
Pero incluso la cota gala sería superada en las comunidades autónomas españolas con el tipo regional más alto. Se trata de Cataluña, Andalucía, Asturias, Cantabria, Comunidad Valenciana y La Rioja, donde el gravamen de las rentas altas se situaría en el 52%. El tipo máximo del impuesto sobre la renta en estas comunidades españolas sería el sexto más alto de toda la UE, apenas superado por los países escandinavos –con un elevado sistema de servicios sociales a cambio de fuertes tasas– y de los países rescatados, que se vieron obligados a elevar sus impuestos para devolver las ayudas comunitarias. En concreto, el tipo de estas regiones rozaría el 53% de Portugal, el 55% de Grecia, el 55,8% de Dinamarca o el 57,1% de Suecia.
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