El Ministerio de Hacienda detallaba este miércoles que el déficit del Estado cerró julio con un descenso del 13,2% interanual que lo sitúa en el 1,49% del PIB, en los 18.080 millones de euros. El de las administraciones públicas (sin incluir las corporaciones locales, que se espera logren superávit) se sitúa en el 1,86%.
Una mejora que se apoya precisamente en la evolución alcista de los ingresos impositivos. En concreto, la cifra de déficit estatal se modera en 0,3 puntos porcentuales respecto al mismo mes del año anterior gracias a un mayor incremento de los ingresos (109.444 millones de euros, un 9% más), que de los gastos (127.524 millones, un 5,2% más). Sin tener en cuenta los intereses de la deuda devengados, en lo que se conoce como términos primarios, el déficit fue del 0,22% del PIB, es decir 2.618 millones de euros, lo que supone rebajar a la mitad la cifra de hace un año.
Pese a ello, el aumento de gasto que introdujeron en julio los Presupuestos Generales de 2018 que el presidente Pedro Sánchez hereda del Ejecutivo anterior promete complicar el cumplimiento de los objetivos de déficit si bien el nuevo Gobierno ha pactado con Bruselas una senda fiscal más laxa, para acabar el año en el 2,7% en vez del 2,2%. Con todo, el principal objetivo sigue siendo dejar la cifra por debajo del 3% para salir del Procedimiento de Déficit Excesivo y relajar el férreo control comunitario.
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