La Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos aprobó este miércoles un nuevo incremento del 0,25% de las tasas de interés, que quedan así en una horquilla de entre el 2% y el 2,25%. Es la primera vez en más de una década que los tipos superan el 2% en la primera economía del mundo. Se trata del tercer aumento del año y del octavo desde que la expresidenta de la Fed, Janet Yellen, decidiera acabar con la era de dinero gratis.
Su sucesor en el cargo, Jerome Powell, ha cogido el testigo de las subidas, a las que le está dando un ritmo más acelerado. La mayoría de los expertos del organismo prevé un incremento más en diciembre y otras tres adicionales en 2019, lo que impulsaría las tasas hasta el 3,25%. Desde que asumió la presidencia de la Fed, Powell ha endurecido la política monetaria en todas las reuniones excepto en el encuentro de julio. Las decisiones se han tomado por unanimidad, en contraste con las discrepancias que, en los últimos meses, mantenía Yellen con miembros de su equipo partidarios de un ritmo más acelerado de subidas.
Además, la Fed ha retirado de su comunicado la palabra «acomodaticio», lo que implicaría normalidad en la política monetaria. En rueda de prensa, Powell explicó que la desaparición de ese término implica que las cosas van como se esperaba. En su comparecencia, el presidente de la Fed destacó que las señales que llegan de la economía «son muy buenas», rebajando así las consecuencias de una guerra comercial.
Después de un impulso del Producto Interior Bruto (PIB) del 4% en el segundo trimestre, la Reserva Federal ha elevado las previsiones de crecimiento económico hasta el 3,1% este año, frente al 2,8% de las estimaciones de junio. Para 2019, la evolución del PIB se calcula ahora en el 2,5%, por encima del 2,4% de hace tres meses.
La Fed espera además una tasa de paro de entre el 3,7% y el 3,5% este año y el que viene, lo que implica casi pleno empleo. La inflación se situará en los niveles del 2%, justo el objetivo que perseguía la Reserva Federal. En este escenario, hay pocas razones para no seguir subiendo los tipos, pese a los deseos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que critica el reforzamiento de la política monetaria de la Fed.
La subida de las tasas implica que los préstamos se encarecen y podría implicar volatilidad en el mercado. Para algunos expertos, el incremento continuado de los tipos supondrá el punto de inflexión que acabará con la evolución alcista de las bolsas. Los países emergentes serán los más perjudicados por el encarecimiento del precio del dinero en Estados Unidos.
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