Bruselas ha presentado este lunes el análisis de las políticas medioambientales de los 28. Y la Comisión Europea suspende la política fiscal de España. Critica que sea el tercer país de la UE con los ingresos más bajos por fiscalidad ambiental. En concreto, estos impuestos supusieron el 1,85% del PIB en 2014, frente al 2,46% de media en la UE. También afea que, al haber gravado menos el gasóleo —más contaminante— que la gasolina, la «dieselización del parque automovilístico» sea superior a la media europea. «España todavía subvenciona los combustibles fósiles, el carbón local, los automóviles de empresa», sostiene el informe.
El Gobierno no puede mostrar sorpresa, ya que muchos organismos internacionales llevan años pidiendo que reforme su sistema impositivo para gravar más las actividades contaminantes y desincentivarlas. El síntoma más evidente de esta enfermedad es la baja recaudación por este tipo de impuestos. «Según datos de 2014, España es el tercer país con el porcentaje más bajo en la UE (tras Lituania y Eslovaquia)», apunta el análisis. «Los ingresos por impuestos medioambientales supusieron únicamente el 1,85% del PIB frente a una media del 2,46% en la UE”, añade. Además, “es uno de los países con un porcentaje más bajo de fiscalidad ambiental en los ingresos por impuestos y contribuciones sociales (5,5% del PIB en 2014, media de la UE 6,35%)». Ocupa el sexto puesto por la cola en esa clasificación.
Bruselas sostiene que en los últimos años 2se han adoptado algunas medidas», principalmente, en energía. Recuerda el nuevo impuesto de 2013 sobre los gases fluorados de efecto invernadero y los «impuestos a la producción de energía eléctrica, a la producción de combustible nuclear y al almacenamiento de residuos radiactivos».
Añade Bruselas al listado el «nuevo impuesto sobre la extracción de hidrocarburos». Pero, indica, «es probable que los efectos prácticos de este nuevo impuesto sean insignificantes». Aquel tributo se aprobó en plena tormenta por las prospecciones en Canarias para romper la oposición social. Pero las prospecciones en España están paralizadas.
«Hay un margen claro para revisar los impuestos medioambientales, principalmente en los sectores del transporte y la energía, pero también en los ámbitos de la contaminación y el uso de los recursos», recomienda la Comisión.
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