España quiere reforzar las relaciones económicas con China para impulsar unas relaciones comerciales y unos intercambios de inversiones muy por debajo de los de otros países de nuestro entorno. Las estadísticas así lo reflejan. Pese a ser el mayor exportador del mundo y una de las grandes potencias mundiales, las exportaciones españolas a China apenas sumaron 4.663 millones en los tres primeros trimestres del año, un 2,2% del total de ventas de bienes al exterior. Las cifras de la inversión atraída también muestran un retraso. En la primera mitad de 2018, las empresas chinas invirtieron 1.064 millones de euros, convirtiéndose en el cuarto mayor inversor, por detrás de EE UU, Reino Unido y Alemania.
Conscientes de esa brecha, el Ejecutivo y las empresas quieren aprovechar la llegada de Xi Jinping, el primer viaje de un presidente chino en trece años, para darle un impulso definitivo. El presidente chino aterrizó ayer por la noche y tendrá una intensa agenda de actividades durante los dos días de su visita. Las previsiones que manejan desde Moncloa es que se cerrarán en torno a una veintena de memorandos de entendimiento, de los que una decena involucrarán a empresas públicas chinas y españolas y otros diez serán firmados por empresas españolas con contratistas chinos. Entre los primeros se firmará un convenio sobre terceros mercados (inversiones conjuntas en otras áreas como África o Latinoamérica), otro sobre Seguridad Social y Empleo, otro sobre enseñanza del español en China y otro para impulsar la financiación para proyectos empresariales, en el que participará el ICO.
La parte más importante del acuerdo se centra en los acuerdos entre firmas españolas y concesionarias chinas, debido al gran número de barreras que persisten en el mercado chino para las empresas españolas de construcción e ingeniería. Un informe de la Oficina Comercial de España en Pekín, fechado el pasado mes de junio, subraya que no existe un marco normativo que regulen la colaboración público-privada. “Aunque esté permitida la constitución de empresas constructoras de capital 100% extranjero, la normativa restringe notablemente el alcance de sus actividades y el reconocimiento de referencias internacionales cuando se concursa a proyectos por parte de filiales de grandes empresas”, recalca.
En esa línea se inscribe la alianza suscrita hace apenas dos semanas entre las empresas públicas españolas Adif y Renfe con la firma estatal China Railway Corporation con el fin de compartir información y experiencia en gestión y desarrollo ferroviario, especialmente en la alta velocidad. La visita de Xi Jinping también servirá para la constitución de un Consejo Empresarial Chino-Español, que nació ayer y hoy tendrá su primera reunión bajo la presidencia de Pedro Sánchez y Xi Jinping. Este organismo estará compuesto por 15 empresas chinas y 15 españolas, y contará con dos presidentes (uno chino y otro español).
Muchas de esas compañías participaron ayer en un foro de consejeros delegados. En el acto, en el que intervinieron la secretaria de Estado de Comercio, Xiana Méndez, el presidente de CEOE, Antonio Garamendi, y el presidente de la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet, diecisiete consejeros delegados de empresas españolas (Gestamp, Alsa, BBVA, El Corté Inglés, Grupo Antolín, Santander, Iberia, Indra, La Liga, Maxam, Meliá, Mondragón, Osborne, Repsol, Siemens Gamesa, Técnicas Reunidas y Telefónica) expusieron de forma sintética durante 30 segundos su posición en el mercado chino y los principales objetivos de su estrategia empresarial. Estas intervenciones estuvieron intercaladas con las de otros 15 consejeros delegados de China (ICBC, CNMB, China Poly Group, CCCC, China Energy Engineering Group, Huawei, Beijing Automotive Group, Shanghai Electric, Byd Company, China Investment Corporation, China Construction Bank, Sinopec, Cosco Shipping, China Eastern Air Holding y JSTI Group). Todas ellas son grandes multinacionales, con músculo financiero y una cartera abultada de inversiones en los últimos años, muy ligadas a la nueva ruta de la seda impulsada desde el Ejecutivo chino.
Otro punto de interés de la cumbre es el impulso a la llegada de turistas chinos a España. Pese a ser el segundo mayor destino más visitado del mundo, con 81,8 millones de viajeros, China apenas supone un 0,6% del total, con 515.000 turistas.
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