Jerome Powell reúne a su equipo del Comité Federal del Mercado Abierto (Fcom, por sus siglas en inglés) para, según las apuestas del mercado, aplicar el cuarto incremento de los tipos de interés del año. La subida será también la novena desde que su antecesora Janet Yellen trató de dar carpetazo a la crisis en 2015. El precio del dinero quedará hoy, muy probablemente, en una horquilla de entre el 2,25% y el 2,5%, el mayor nivel desde comienzos de 2008, cuando nadie sospechaba la profunda recesión que estaba por venir.
La mayor parte del mercado descuenta la subida, así que la expectación se centra ahora en los planes de la Fed para 2019. Tras la reunión que culmina hoy, la Reserva Federal hará públicas sus previsiones macroeconómicas, de inflación, de mercado laboral y de evolución de tipos de interés. En el encuentro de octubre, la mayoría de los miembros de la Fed apostaban por hasta cuatro incrementos en 2019. Desde entonces, sin embargo, han cambiado algunas cosas.
Los mercados cada vez están más agitados y aumentan los vaticinios que apuntan a una recesión a finales del año que viene. Y, más importante, Powell ha alterado el tono de su mensaje. Hasta ahora, el presidente de la Fed apostaba sin titubeos por seguir subiendo los tipos. El mes pasado, en cambio, señaló que las tasas se situaban ya muy cerca del nivel considerado neutral, lo que anticipa una pausa. La rebaja de cuatro a tres incrementos el año que viene no desviará, en cualquier caso, la intención de la Fed de «normalizar» la política monetaria, que implica que las tasas acabarán 2019 en el entorno del 3%.
La solidez del mercado laboral y la fortaleza de la economía, que podría cerrar el año por encima del 3% por primera vez desde 2005, justifican la decisión de Powell. Sin embargo, la inflación no da muestras de aceleración, lo que también serviría para defender un receso. Donald Trump, el presidente de Estados Unidos, lleva tiempo apuntado a este argumento y está intensificando sus críticas contra la Fed.
La intromisión de Trump obliga a Powell a ser cauto con su mensaje para preservar la independencia de la institución. Sin embargo, la falta de claridad puede hacer que los inversores teman que su estrategia está condicionada y de provocar bandazos indeseables en un mercado en profunda tensión.
Powered by WPeMatico