El déficit de la balanza comercial aumentó un 33% en los diez primeros meses del año en comparación con el mismo periodo del año anterior y se situó en 28.024 millones de euros. Según datos publicados por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, entre enero y octubre las exportaciones de mercancías crecieron un 3,8% y alcanzaron 238.576 millones, al tiempo que las importaciones avanzaron un 6,3%, hasta 266.600 millones. La tasa de cobertura (porcentaje de las importaciones que pueden pagarse con las exportaciones) bajó al 89,5%, frente al 91,6% del mismo periodo del año anterior.
“En 2018 el sector industrial, tanto en magnitud como en empleo, ha moderado su crecimiento en mayor proporción que la economía española en su conjunto”, reza el decreto de apoyo a la industria aprobado en el Congreso el pasado viernes. Los datos certifican que la producción industrial crece, pero también que ha perdido pujanza durante el último año. Al mismo tiempo, por primera vez desde el comienzo de la crisis, las exportaciones españolas pierden peso en el PIB. Es decir, crecen menos que el resto de la economía. Y todo indica que esa ralentización está perjudicando a las manufacturas españolas. Los nuevos estándares medioambientales para fabricar coches también han tenido un efecto, si bien solo temporal y menor que en otros países.
“Si bien la producción industrial continuó creciendo en el tercer trimestre del año, su tendencia muestra una suave desaceleración”, afirma un informe de la consultora Equipo Económico. El Índice de Producción Industrial registró en agosto un crecimiento anual del 1,1%; en septiembre cayó un 0,2%, y en octubre avanzó un 0,8%, todos ellos valores “claramente por debajo de los incrementos del año pasado en esos mismos meses”, explica. Y lo mismo ocurre con la cifra de negocios de la industria, que sumó en septiembre un 2,7% interanual, muy por debajo del 6,3% y el 5,9% contabilizados en los dos meses previos. Aunque el índice PMI manufacturero sigue por encima de los 50 puntos que implican expansión, los 52 puntos de diciembre están lejos de los 56 anotados entre enero y marzo. La ralentización es evidente.
También se percibe en el empleo industrial. Según la EPA del tercer trimestre del año pasado, solo entre julio y septiembre de 2017 se crearon 34.000 puestos de trabajo en la industria. En aquel momento la tasa de creación de empleo anual progresaba a ritmos del 5,5%. Un año más tarde, en el mismo trimestre apenas se han generado 2.800 ocupados y la tasa anual cae a menos de la mitad: el 2,06%. En los datos de Seguridad Social de la industria manufacturera, el empleo en el régimen general crece al 2,57% anual frente al 3,72% al que avanzaba doce meses antes.
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