El balance tras este decenio es una economía mucho más terciarizada, en el que los servicios han crecido significativamente y ni la industria ni la construcción han recuperado todavía sus niveles de producción y empleo. Aún falta más de 1,6 millones de ocupados por encontrar trabajo, pero la renta agregada de los asalariados en términos corrientes es ya superior a la de 2008.
En cuanto al reparto de la riqueza generada, la renta de los asalariados se ha llevado, no obstante, la peor parte en estos dos lustros de sucesiva recesión y recuperación. En concreto, su participación en la tarta nacional ha descendido desde el 50,14% en 2008 hasta el 47,27% del año pasado: la pérdida es de casi tres puntos (2,87). Los excedentes de explotación (beneficios) han pasado en el decenio del 41,67% de la riqueza nacional al 42,23%, con una ganancia de 0,56 puntos. Lógicamente el gran ganador es la partida destinada a los impuestos sobre la producción, que ha pasado del 8,19% en 2008 al 10,5% de 2018, con ganancia de 2,31 puntos.
En términos absolutos la remuneración de los asalariados cerró el año pasado en los 570.551 millones de euros, 10.774 millones más que en 2008 en euros corrientes, solo un 1,92% más. Desde 2008 al suelo de la recesión, en 2013, el descenso fue de un 13,3%. Por lo que se refiere a la renta empresarial, cerró 2018 en 509.687 millones de euros, un 9,5% más que en 2008, pero medido en euros corrientes. La pérdida de los cinco años recesivos fue de un 5,3% solamente, y la recuperación desde entonces del 15,7%, siempre en términos monetarios.
El PIB de 2018 ha ascendido a 1,206 billones de euros, un 8,12% de incremento nominal sobre el generado en 2008 (1,116 billones de euros). Tras los cinco primeros años de la crisis, la producción descendió hasta 1,025 billones (un 8,1%) de 2013. La recuperación desde entonces acumula un alza nominal del 17,65% (181.000 millones de euros).
Los dos motores fundamentales que han devuelto la producción ya por encima de sus máximos cíclicos han sido el consumo y las exportaciones desde el punto de vista de la demanda, mientras que la inversión sigue sin volver a sus valores techo. Los valores del consumo están ya por encima de los de 2008 en un 9,1%, y en un 15,28% sobre los mínimos marcados en 2013.
En cuanto a las exportaciones, han experimentado un avance del 46,5% respecto a las de 2008, y superan los 414.000 millones de euros. Han tenido un comportamiento positivo muy continuo, salvo un pequeño descenso en 2009, y en ellas se ha sustentado el crecimiento en los primeros trimestres de la recuperación. Las compras al exterior, por su parte, descendieron mucho en 2009 (un 24%), y desde entonces han recuperado un 34,43%.
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