Nuevo revés de la Comisión Europea, que ha rebajado hoy una décima su previsión de crecimiento para España tanto en 2019 como en 2020, hasta el 2,1% y 1,9%, respectivamente. Bruselas ha reducido una décima la previsión de crecimiento de España para este año y el próximo, situándolos en un 2,1% en 2019 y 1,9% en 2020.
En las previsiones de invierno, publicadas esta mañana, la Comisión Europea (CE) establece que esta desaceleración es debida principalmente a la reducción del consumo privado, que crecerá más lentamente que los ingresos. Supondrá el sexto año consecutivo de crecimiento de la economía española, aunque es patente como se va frenando el ritmo de aumento del PIB, que se situó en 2015 en un 3,6% y que este año superará por muy poco la barrera de 2%.
Los salarios aumentarán en 2019, en buena parte por el impacto del aumento del salario mínimo, y se moderarán posteriormente, aunque siempre por encima de la inflación. En el documento, también hay una segunda referencia al aumento del salario mínimo cuando considera que supondrá un freno en el ritmo de creación de empleo, aunque no impedirá que siga reduciéndose la tasa de paro. Por otro lado, se espera una desaceleración de la inversión tanto en equipamiento como en construcción, después del fuerte crecimiento de los últimos años.
El informe de la Comisión alerta de los riegos que acechan a la economía española, que derivan de la debilidad del entorno global y de un aumento de la incertidumbre, tanto en España como en el mundo. Por otro lado, la CE calcula que la inflación española bajará en 2019 hasta el 1,2%, para aumentar en 2010 hasta el 1,5%. España crecerá muy por encima de la media de la zona euro, que se quedará este año en un 1,3%. Punto a favor que destaca Bruselas, que todos los países crecen; punto en contra que tiene que reconocer, es que se rebaja el crecimiento de la zona euro en seis décimas respecto a sus anteriores previsiones de otoño.
La CE rebaja el ritmo al que crece la eurozona, al mismo tiempo que alerta sobre las grandes incertidumbres que pesan en el horizonte cercano. Un punto preocupante es el bajo crecimiento de las grandes economías, como Alemania (1,1%) y Francia (1,3%) y peor aún Italia, el país que menos crecerá de toda la eurozona y la Unión Europea, sólo dos décimas este año. Esta rebaja de las previsiones de crecimiento “refleja factores externos, como las tensiones comerciales y la ralentización de las economías emergentes, especialmente China, dice el vicepresidente de la CE, Valdis Dombrovskis. “La posibilidad de un Brexit disruptivo crea incertidumbre adicional”, añade.
Por su parte, el comisario de Economía, Pierre Moscovici, reconoce que “después del pico alcanzado en 2017, continua la desaceleración de la economía europea, una ralentización más pronunciada que la esperada el último otoño, especialmente en la zona euro, a causa de las incertidumbres sobre el comercio global y factores internos en las principales economías”.
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