Antes de abordar la brecha salarial entre hombres y mujeres en España, un reciente informe elaborado por la Obra Social de la Caixa ha llegado a la conclusión empírica de que la población femenina, en su etapa laboral, tiene un 30% de posibilidades menos de ser citadas a una entrevista de trabajo.
El informe, realizado por los profesores de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, María José González, Jorge Rodríguez y Clara Cortina, analiza también el posible efecto diferencial de tener hijos en hombres y mujeres. En esta casuística, el estudio revela que la probabilidad de recibir una llamada de teléfono para una entrevista es un 23,5% menor para las mujeres sin hijos que para los hombres en iguales circunstancias.
Son las mujeres con hijos quienes mayor discriminación sufren en los procesos de contratación. En una situación como ésta, una mujer se enfrenta a una doble penalización: por su condición femenina y por ser madre. De manera que las mujeres con descendencia tienen el 35,9% menos de probabilidades de recibir una llamada para una entrevista de trabajo.
Según datos de la Encuesta de Población Activa, en España un 67,1% de las mujeres estaba trabajando en 2017, mientras que entre los hombres la cifra era del 79,2%. La proporción de mujeres que trabajaban a tiempo parcial (24,1%) era mayor que entre los hombres (7,3%) y, comparando trabajos equivalentes, el salario/hora de las mujeres es entre un 20% y un 35% menor que el de los hombres.
Estas diferencias de género en el mercado laboral -subraya el Observatorio de la Caixa- se explican por las preferencias de las mujeres; ya que, en ciertas circunstancias, ellas pueden preferir trabajos más flexibles o de menor responsabilidad, que les permitan compaginar con su papel de madres. Pero, más allá de la autoselección de las mujeres, existe discriminación en los procesos laborales.
Para explicar estos sesgos de género que se desprenden del estudio, el análisis utiliza varias teorías, que responden a los argumentos que utilizarían los empleadores a la hora de contratar. Pues bien, las explicaciones que apuntan a motivaciones sentimentales, emociones racionales sobre grupos sociales y sus miembros, sugerirían que los empleadores prejuiciados serían menos propensos a seleccionar mujeres, independientemente de sus competencias o experiencia laboral.
Sin embargo, el trabajo propiciado por la Caixa no avala con los datos observados esta hipótesis, ya que contempla que la tasa de respuesta varía según las características personales de las y los candidatos. Y este hallazgo, el que sugiere la existencia de la discriminación estadística basada en estereotipos de género, donde, en un mercado imperfecto, los empresarios aplican una lógica racional en la toma de decisiones en función de estereotipos como la productividad o desempeño.
Tanto es así, que el estudio revela que los empleadores modifican sus decisiones cuando las mujeres demuestran tener más competencias que otros candidatos similares (dominio de idiomas, sólida carrera laboral o experiencia en tareas de supervisión).
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