¿Quiénes son estas personas? Sin duda, el grupo en el que cunde más el desánimo a la hora de renunciar a buscar un trabajo porque creen que no lo encontrarán es el de personas mayores de 55 años. Más de la mitad de los 302.800 inactivos que están en esta situación tenía esa edad. Mientras que el 26,1% tenía entre 45 y 54 años.
Entre los jóvenes, por el contrario, hay muchos menos desanimados, a pesar de que la tasa de paro de este colectivo es muy superior a la de los mayores. Así, por ejemplo, los desanimados de entre 20 y 24 años solo representan el 3% del total del colectivo pese a que su desempleo es más del doble (30%) que entre los mayores de 55 años (13%).
De hecho, el último informe sobre los jóvenes en el mercado laboral elaborado por el catedrático de economía de la Universidad Autónoma de Barcelona, Josep Oliver, destacaba “un fuerte descenso de la población desanimada de entre 12 y 24 años” hasta los 18.100 jóvenes, lo que supuso una acentuada caída de 19.200 personas respecto al trimestre anterior.
Según este estudio de Oliver, esta mejora de las perspectivas de los más jóvenes supone un dato relativamente optimista. Aunque detrás de estas cifras está también la caída demográfica de la cohorte de población más joven, que, en los próximos años, aumentará las probabilidades de encontrar un empleo entre los trabajadores menores de 30 años.
Además, el colectivo de los desanimados está compuesto abrumadoramente por mujeres en todos los momentos del ciclo económico, según los datos del INE. Así, alrededor del 70% de los que no buscan empleo porque no creen que lo vayan a encontrar son mujeres.
Esta constante disminución de los desanimados de la economía española hasta el mínimo actual se está produciendo incluso en un momento de cierta desaceleración de la economía en general y del empleo en particular, que podría inducir a pensar justamente lo contrario.
Es más, en estas circunstancias de ralentización podría esperarse más un aumento de los desanimados, a tenor de las cifras de los últimos diez años que reflejan que este indicador aumenta más rápidamente que decrece. Así, tan pronto se produjeron las más claras señales de la crisis a finales de 2007, el colectivo pasó de pesar representar un 1,30% de los inactivos a ser un 2% a finales de 2008.
Mientras que, una vez que se inició la recuperación del empleo a principios de 2014, este grupo se redujo más lenta y progresivamente desde el 3,7% citado anteriormente al entorno del 2% que logró tres años después, en 2017.
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