Una semana después de que anunciara que actualizaría sus estimaciones, la institución presidida por Christine Lagarde ha reducido dos décimas el avance del PIB mundial para este año, hasta el 3,3%. La institución reconoce que la expansión internacional se ha visto lastrada en los últimos meses por un cúmulo de factores como la desaceleración de China y la pérdida del momento económico de la zona euro, penalizada por las dudas en Alemania e Italia, así como por las incertidumbres sobre la política arancelaria. Una situación que se ha visto mejorada en lo que va de año por la decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos de impulsar una política monetaria más acomodaticia y reduciendo el número de subidas de tipos previstas para este año.
El FMI avanza así que el crecimiento económico se va a moderar en el corto plazo, para después repuntar, aunque de forma modesta, en la segunda mitad de este año. Así, el organismo internacional opta por mantener su previsión de PIB global para 2020 en el 3,6% gracias a la mejora, según apunta, del momento de las economías emergentes y en desarrollo que se mantendrá el año que viene, una vez se despejen las incertidumbres que sobrevuelan en países como Argentina o Turquía.
La rebaja de las estimaciones de crecimiento por parte del FMI es mayor para las economías avanzadas –dos décimas, hasta el 1,8% para este año– que para las emergentes y en desarrollo, donde el recorte es de solo una décima y sitúa el alza de estas economías en el 4,4% este año y en el 4,8% en 2020. Dentro de las avanzadas, el FMI rebaja dos décimas la previsión de crecimiento de EE UU para este año, hasta el 2,3%, pero eleva una décima su estimación para el próximo ejercicio (1,9%). El menor recorte es para Japón, de solo una décima, hasta el 1% este año.
Para la zona euro la estimación de avance económico en 2019 se reduce en tres décimas desde la anterior estimación realizada en enero y ya son seis décimas menos que lo previsto hace solo seis meses. En concreto, prevé que el PIB de la zona euro se eleve este año un 1,3% y un 1,5% en 2020.
El comportamiento de las economías de Alemania e Italia justifican el tijeretazo. Así, reduce su previsión para cada uno de estos países en cinco décimas frente a su anterior cálculo de enero. En seis meses el organismo internacional ha rebajado en 1,1 puntos porcentuales su estimación del PIB alemán hasta el 0,8% y en nueve décimas la del italiano –estima que su economía solo crezca un 0,1% frente al 0,9% de 2018, que también calcula para el próximo año. Un tijeretazo que el FMI explica por la debilidad del consumo y de la confianza de los inversores; el retraso en la introducción de la nueva normativa de emisiones de los vehículos diésel en Alemania; las dudas sobre la política fiscal italiana, que elevó los spreads de su deuda, y las protestas de los chalecos amarillos en Francia.
A ello se suman además las crecientes dudas sobre el futuro de Reino Unido tras un Brexit aún por determinar y el impacto de una salida caótica, que aún no está descartada. Una debilidad en las previsiones que ha llevado, según recuerda el FMI, al Banco Central Europeo a modificar su hoja de ruta y alargar el final de las compras de deuda a diciembre de este año y a posponer la subida de tipos de interés al menos hasta finales de año.
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