La subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, es una de las personas más respetadas por el sector financiero español e incluso europeo desde hace tiempo. Tiene fama de dura, pero también de conocer a la perfección las necesidades del sector.
Por ello, las advertencias que ha lanzado a la banca española no parece que caerán en saco roto. De momento, Delgado leyó la cartilla a la banca y la impuso una larga lista de deberes, entre ellos, destacó uno por afectar no solo a las propias entidades sino también a sus inversores. Reclamó al sector que ajuste sus políticas de dividendo y pay-out (parte del beneficio que se destina a remunerar al accionista) y recriminó la actitud de la banca al considerar que es conveniente que “defrauden” las expectativas con el objetivo de disciplinar al mercado.
Además, ha criticado la política de comunicación del sector, que califica de “rígida” y que considera que provoca que se den asuntos como el pago de dividendo por descontado, lo que ha calificado en el XXVI Encuentro del Sector Financiero organizado por Deloitte, ABC y Sociedad de Tasación, de una actitud “completamente irracional”.
«La renta variable no es renta fija, la realidad es que en muchas ocasiones las previsiones comunicadas han generado unas expectativas de mercado excesivamente rígidas respecto a la cantidad a pagar en dividendos», ha criticado, añadiendo que la variabilidad de resultado debería traducirse en una variabilidad del dividendo.
Sus palabras, de hecho, contrastan con los objetivos de la banca, que cada año intenta repartir un dividendo como mínimo igual que el año anterior para no disgustar a sus accionistas. Santander y CaixaBank, de hecho, han anunciado que prevén mejorar este año el dividendo del pasado ejercicio. El Banco de España ya alertó ayer en su Informe de Estabilidad Financiera sobre la política de dividendos de los bancos. Afirmó que los dividendos repartidos en el período 2015-2018 representan el 1,8% de los activos ponderados por riesgos (APRs) del pasado ejercicio, con un pay-out en torno al 50%.
El supervisor incidía el martes en su informe en que si la banca destina alrededor del 50% de sus beneficios a remunerar al accionista no serán capaces de generar el capital suficiente para hacer frente a una repentina demanda de crédito o a llevar a cabo nuevas provisiones sin perjudicar a su solvencia. Delgado siguió la misma línea. Explicó las políticas de retribución al accionista deben adecuarse a las necesidades de generación orgánica de capital de cada entidad.
Y como lo hiciera ayer el informe del Banco de España, la subgobernadora ha puesto el foco en la necesidad de mejorar el capital y la solvencia de la banca, ya que se sitúa a la cola de la zona euro. La supervisora, de hecho, ha criticado a las entidades españolas que sean aún el «farolillo rojo» en solvencia en Europa, pese a que su nivel de capital ha mejorado en los últimos años, al pasar del 9,8% al 11,5%. Pero la distancia media entre sus homólogos del Viejo Continente ha pasado de 200 puntos básicos a 300 en el ratio de máxima calidad CET1. «La banca europea ha reforzado mucho más su capital que la de nuestro país», ha advertido.
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