Las reacciones a las advertencias y recomendaciones del Banco de España sobre las necesidades de que las entidades financieras mejoren sus ratios de capital no se han hecho esperar. Si el miércoles fue el consejero delegado de Banco Santander, José Antonio Álvarez, el que contestó poniendo el ejemplo de Estados Unidos, en el que los requerimientos de capital son más laxos que en Europa y la banca puede llegar a dar un pay-out del 100%, ayer le tocó el turno al presidente de la AEB, José María Roldán, y a Jaime Sáenz de Tejada, director financiero de BBVA.
La subgobernadora de Banco de España, Margarita Delgado, propuso incluso adaptar el dividendo a la caída de resultados y rebajar el pay-out (parte del beneficio destinado a remunerar al accionista) para reforzar los ratios de capital.
Roldán, que fue director general de regulación del Banco de España, demandó en las jornadas de banca organizadas por ABC, Deloitte y la Sociedad de Tasación, que “pensar” en establecer requerimientos de capital a la banca “que sean razonables” para evitar que la incesante demanda de colchones acabe perjudicando al crédito y contribuya a sembrar dudas sobre la fiabilidad de los balances de la entidad, como indicó que ya está ocurriendo.
“No puede ser que, pensando en la crisis del 2008,” por los eventos que alimentaron entonces los problemas “pongamos en riesgo la financiación de la economía productiva de los próximos 99 años”, alertó. El representante de la banca aseguró que el Banco Central Europeo (BCE), en su doble función de fijar la política monetaria de la zona del euro y de supervisar a los bancos de la misma, está poniendo en práctica una «agresiva política de tipos de interés bajos e, incluso, negativos, con la que empuja al sector a tomar recursos y prestarlos a la economía productiva», dijo.
Pero al mismo tiempo está mandando mensajes «muy restrictivos» de aumento de capital y de las exigencias supervisoras», que hacen que las entidades se vean «muy presionadas» y al final presten menos. Sobre la subida de los requerimientos de capital añadió que «genera inquietud en el mercado», pues los inversores pueden pensar que el supervisor ve problemas en el sector que el mercado no ve y eso hace que baje la valoración de la banca.
«En la Unión Europea existe un complejo de que hemos sido blandos en el pasado y ahora tenemos que recuperar terreno», pero lo cierto es que cuando sumas las exigencias de capital y las exigencias de resolución «Europa es el campeón mundial».
«Si tenemos problemas en algunos países o en algunas partes del sector, tratémoslas con los instrumentos discriminatorios que permite la supervisión, pero no hagamos café para todos que genere una enorme desconfianza a nivel internacional», reclamó.
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