La Ciudad Condal era en 2015 la quinta capital europea más atractiva para el capital foráneo. En 2019, se ha visto relegada al noveno puesto, coincidiendo con el recrudecimiento del ‘procés’ y la gestión de Ada Colau en el Ayuntamiento.
En 2015, cuando Ada Colau tomó las riendas de la gestión del Ayuntamiento de Barcelona, la Ciudad Condal era la quinta capital europea más atractiva para la inversión extranjera, mientras que Madrid ocupaba la octava plaza. Cuatro años después, las posiciones se han invertido: la capital de España ha escalado hasta el séptimo lugar y Barcelona se ha hundido hasta el noveno puesto, según refleja el informe European Attractiveness Survey 2019 de la consultora EY, que se presenta hoy. De hecho, un 8% de los directivos encuestados sitúa Madrid como una de las tres mejores ciudades europeas para invertir, mientras que ese porcentaje se reduce al 6% en el caso de Barcelona.
Lidera el ránking París, que, ante la incertidumbre generada por el Brexit, ha destronado a Londres como destino predilecto del capital extranjero en Europa. En 2015, el 52% de los ejecutivos consideraba la capital de Reino Unido como la ciudad europea más atractiva para el inversor foráneo; en 2019, ese porcentaje se ha desplomado al 25%, hasta el punto de que Berlín le pisa los talones con un 24%. El informe señala que las grandes empresas multinacionales «buscan ciudades donde el sector privado, los legisladores, las universidades y la comunidad financiera han conseguido desarrollar un ecosistema eficaz».
Algo que Barcelona dejó de ofrecer hace tiempo. La controvertida gestión de Colau al frente del Consistorio, que ha hecho que Barcelona sea percibida en el exterior como una ciudad insegura e incluso con ciertas dosis de hostilidad hacia el turismo, y la intensificación del procés, que ha provocado el éxodo de miles de empresas de Cataluña en busca de la estabilidad y la seguridad jurídica que les fue arrebatada en la región, han resultado un cóctel demoledor para los intereses económicos de la ciudad.
Barcelona quedó descolgada de la carrera para albergar la nueva sede de la Agencia Europea del Medicamento tras el Brexit, pese a partir como una de las capitales favoritas, y los organizadores del Mobile World Congress (MWC) llegaron incluso a plantearse la cancelación del evento en su edición de 2018 ante la creciente inestabilidad política provocada por el procés. Aunque la sangre no llegó al río, el futuro de Barcelona como sede del MWC sigue pendiendo del hilo del pulso independentista.
Y si Barcelona se ha visto ahora desbancada por Madrid entre las preferencias de la inversión foránea, en el ámbito regional, la superioridad de la comunidad madrileña viene de lejos, alcanzando cifras abrumadoras. El año pasado, Madrid atrajo más de 39.900 millones de euros, un 85% del total nacional, frente a los exiguos 2.985 millones captados por Cataluña.
Powered by WPeMatico