El absentismo laboral marcó un nuevo récord en 2018, con una tasa del 5,3%, tres décimas más que en 2017 y una décima más respecto al anterior máximo registrado en 2009, lo que supuso un coste directo para las empresas de 6.900 millones de euros, según el último informe de Adecco sobre esta materia. En su estudio, la consultora de recursos humanos define como absentismo laboral el porcentaje de horas no trabajadas respecto a la jornada pactada efectiva, sin contar vacaciones, festivos ni horas perdidas debido a expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE).
El máximo histórico es consecuencia fundamentalmente del aumento del 12,7% de los procesos de baja por contingencias comunes (enfermedades comunes y accidentes no laborales), que ascendieron hasta las 5.212.692. El coste total del absentismo por incapacidad temporal (IT) por contingencias comunes ascendió hasta 85.140 millones de euros, de los que 6.900 millones se corresponden con el coste para las empresas; 7.498 millones, con lo abonado en prestaciones sociales, y 70.741 millones, con el coste de oportunidad por los bienes y servicios que se han dejado de producir.
La tasa del 5,3% de absentismo equivaldría a 753.000 asalariados que no trabajaron en todo el año, un incremento de 52.000 personas con respecto a los 701.000 de 2017. El informe, en el que ha participado la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT) y Fremap, entre otros, muestra que sólo el 10% de los más de 5,2 millones de procesos de baja por enfermedad común y accidente no laboral duró más de 90 días. Asimismo, casi 6 de cada 100 trabajadores que tuvieron una baja laboral por IT no acudió en todo al año a su puesto de trabajo.
Entre las comunidades con mayores tasas de absentismo se situaron el País Vasco (7,9%), Navarra (6,9%), Asturias y Castilla y León (6,3% en ambas), y Aragón (6,1%), y entre las que tuvieron menores tasas, Baleares (2,6%) y Andalucía (3,9%).
Por sectores, la industria mostró la tasa de absentismo más elevada, con un 5,6%, seguida de los servicios, que alcanzó su máximo histórico con un 5,4%, mientras que la construcción registró la menor tasa, con un 3,6%. Esto se traduce en 99 horas perdidas por trabajador al año en la industria, más de 85 horas en los servicios y 65 horas en la construcción.
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