El Tesoro batió nuevos récords. En deuda a 10 años España vendió 1.500 millones con un tipo de interés medio del 0,257%, frente al 0,839% de la subasta anterior. Para la referencia a 30 años se colocaron 1.480 millones con un tipo de interés del 1,165%, frente al 2,119% de la puja celebrada en mayo. La fuerte caída de los precios se traduce en un ahorro sustancial en el pago de intereses. Por los 1.500 millones en deuda con vencimiento en 2029 España abonará cuatro millones de euros anuales frente a los más de 12 millones que desembolsaría con los tipos de interés de mayo. Más significativo es el ahorro para la deuda a 30 años que pasa de los 31 millones a los 17 millones anuales en las próximas tres décadas.
La oferta de papel español se completó con la venta de 480 millones en deuda a seis años y 10 meses al -0,105%. Después de que el 6 de junio cobrara por primera vez por los bonos a cinco años, ha repetido hoy la jugada con la deuda con vencimiento en abril de 2026. Además. se adjudicaron 400 millones en bonos a cinco años ligados a la inflación al -1,03%, un nuevo mínimo. En total, España vendió 3.860 millones de euros. Aunque las condiciones del mercado fueron y la demanda alcanzó los 6.756,93 millones, el Tesoro no apuró al máximo el objetivo máximo de 4.750 millones que se había marcado.
Francia, por su parte, vendió 9.996 millones de euros en deuda a 10, 15 y 30 años con unos tipos que oscilan entre el -0,13% y el 1,47%. El Tesoro ha colocado, así, 113.000 millones de euros en deuda, el en el primer semestre del año, lo que representa el 55% de la previsión de 204.500 millones de euros previstos para 2019, según datos facilitados a Europa Press por el Ministerio de Economía y Empresa. La ministra de Economía y Empresa en funciones, Nadia Calviño, anunció a finales de abril que el Tesoro Público iba a reducir en 5.000 millones de euros el volumen de emisión neta prevista para 2019 gracias a la marcha de las cuentas públicas y a los bajos tipos de interés.
Las caídas de las rentabilidades en el mercado primario se trasladaron al secundario. Los inversores celebran un día más que el alemán Jens Weidmann, uno de los más críticos con las medidas del BCE, no sea el sucesor de Draghi. La imagen continuista que ofrece Largarde sumado a la menor presión sobre Italia impulsa a los inversores a comprar bonos. Mientras el bono de España a 10 años (0,24%) y el portugués (0,36%), entre otros, se sitúan próximos a sus mínimos histórico o como en el caso del francés (-0,11%) lo revalidan, el alemán profundiza las rentabilidades negativas y se sitúa por debajo del -0,4%, por primera vez en su historia. Esta barrera es justo el nivel actual de la facilidad de depósito o lo que es lo mismo lo que tienen que pagar los bancos por dejar el dinero en las arcas del BCE en lugar de prestarlo en el mercado interbancario.
En los últimos meses esta tasa se encuentra en el punto de mira de los inversores. Desde que Draghi afirmara que la institución está preparada para poner en marcha estímulos adicionales si la situación lo requiere, el mercado ha especulado con una rebaja adicional de este tipo de interés. Una medida que preocupa a los bancos que ven cómo su capacidad para elevar los márgenes es cada vez más ajustada.
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