La ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero, mantiene intacta su intención de aprobar un impuesto sobre determinados servicios digitales si Pedro Sánchez logra formar un Gobierno. El Ejecutivo socialista insiste en sacar adelante la denominada tasa Google a la espera de que la OCDE, el club de los países más ricos del mundo, apruebe un tributo similar a nivel global.
La tasa Google es el impuesto que varios países europeos están impulsando para que las grandes multinacionales tecnológicas —conocidas como GAFA, el acrónimo formado por las siglas de Google, Apple, Facebook y Amazon— paguen impuestos allí donde generan su negocio. Francia se ha convertido en el abanderado de este impuesto y ha promovido, sin éxito de momento, su aprobación en el seno de la Comisión Europea. No obstante, el Ejecutivo de Emmanuel Macron se convirtió en julio en el primero en aprobar este controvertido tributo. Y ello desencadenó un tenso pulso con Estados Unidos. Donald Trump amenazó a Macron con imponer aranceles sobre los vinos franceses si el impuesto perjudicaba a las grandes multinacionales estadounidenses. Después de una pugna que se ha prolongado durante varias semanas, ambas potencias acordaron un armisticio sobre el contencioso. París se ha comprometido a compensar con carácter retroactivo a las empresas afectadas por la diferencia entre su gravamen y el que salga del que está preparando la OCDE.
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