La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) ha elaborado una serie de propuestas de cara a las elecciones generales del 10 de noviembre, entre las que se encuentra la rebaja de impuestos a las empresas, la supresión del Impuesto de Patrimonio y la reducción del Impuesto sobre Sucesiones, «que en la actualidad alcanza niveles excesivos en algunas comunidades autónomas».
Estas propuestas, que se estructuran en torno a un decálogo de prioridades, reiteran y complementan las que la patronal presentó el pasado mes de marzo con ocasión de las elecciones generales del 28 de abril. El documento diseñado por la CEOE, de ocho páginas, arranca con la convicción de que la diversidad parlamentaria proseguirá después del 10 de noviembre, por lo que la organización empresarial cree que será «imprescindible y urgente» llegar a acuerdos de gobernabilidad.
La patronal se compromete a que el diálogo social «asuma un mayor liderazgo» en las reformas de interés general que necesita España para afrontar la situación actual y los retos de futuro y, en este sentido, lanza un aviso: en la última década se ha abusado de la figura del Real Decreto, lo que impide tanto el debate parlamentario como la posibilidad de participación de sindicatos y empresarios en el diseño de las normas.
«Por tanto, es necesario un Gobierno que garantice la estabilidad política e institucional y abra una nueva etapa de diálogo y consensos. Esta es la única vía para lograr predictibilidad y seguridad jurídica, ambas condiciones necesarias para que se mantenga e incremente la confianza de los ciudadanos, empresas e inversores», sostiene.
Las prioridades de la CEOE de cara al nuevo curso político pasan por fomentar el espíritu empresarial, la formación y la economía sostenible; reforzar la innovación y la digitalización; intensificar la internacionalización de las empresas; continuar con las reformas estructurales; mejorar la eficiencia del gasto público; rebajar la tributación de las empresas; favorecer la inversión garantizando la seguridad jurídica y el derecho de propiedad, y proteger la libertad de empresa en una economía con unidad de mercado.
Entrando más en el detalle de sus propuestas, la CEOE insta a reducir la «elevada» deuda pública avanzando en el proceso de consolidación fiscal y evitando aumentos adicionales del gasto público estructural. En este contexto, aboga por introducir «criterios de racionalidad, disciplina presupuestaria y de evaluación continua» para mejorar la eficiencia del gasto de las Administraciones Públicas.
Apuesta además por combatir el fraude (fiscal, social y laboral) para asegurar la consolidación presupuestaria y porque los resultados de ambas medidas se destinen a reducir la tributación empresarial y hacerla así más competitiva.
Así, la CEOE cree que la actual situación cíclica «desaconseja subidas adicionales de impuestos», especialmente de los que recaen sobre las empresas, pues ya soportan una presión fiscal del 10,5% del PIB, frente al 9,3% del promedio europeo. Además, considera «especialmente gravoso» el Impuesto sobre Sociedades y las cotizaciones sociales a cargo de las empresas y pide eliminar Patrimonio y reducir Sucesiones y Donaciones. «De cualquier modo –añade–, los activos y participaciones empresariales deben quedar exentos de cualquier tipo de imposición patrimonial».
La patronal plantea fomentar el espíritu empresarial no poniendo barreras al aumento del tamaño de las pymes; impulsando la cultura empresarial desde el ámbito educativo; apoyando el emprendimiento, y creando un entorno «especialmente favorable» para las empresas de reciente creación o de pequeño tamaño.
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