El pasado año el conjunto de las comunidades autónomas terminó con un déficit del 0,3% del PIB, según las cifras de Contabilidad Nacional, cumpliendo así el objetivo fijado para estas administraciones en el -0,3% del PIB. Si bien, según los economistas de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) este cumplimiento no se repetirá en 2019. Estos expertos economistas aseguran que el déficit de las autonomías cerrará este año en el 0,4%, tres décimas más del objetivo previsto (-0,1%).
Según las estimaciones de estos expertos, reflejadas en su último Observatorio Fiscal y Financiero de las comunidades autónomas, publicado hoy, solo seis autonomías (Baleares, La Rioja, Galicia, País Vasco, Canarias y Navarra) cumplirán con el objetivo de un déficit del 0,1%. De todas ellas, Navarra, Canarias y País Vasco son las regiones, según este informe, con las cuentas más saneadas, con superávit del 1,3% 0,7% y 0,6%, respectivamente. Por el contrario, los números rojos más abultados se registraron en la Comunidad Valenciana (-1,8%) y Extremadura (1,7%).
Para Fedea, este incumplimiento global del objetivo de déficit para 2019 es el resultado de un incremento de los gastos (3,8%) superior en un punto al de los ingresos (2,8%), y también por encima del límite que marca la regla de gasto. Esto ocurrirá “incluso incrementándose” respecto a 2018 las entregas a cuenta que reciben del sistema de financiación autonómica, añaden en este informe.
En concreto, el informe de Fedea está realizado sobre los datos del Ministerio de Hacienda de ejecución presupuestaria hasta julio. Con estas cifras, la fundación destaca que el gasto creció en los siete primeros meses del año un 6,6%, “superando ampliamente el límite del 2,7% que marca la regla de gasto para 2019”.
Aunque este think tank también explica que “este crecimiento no se va a mantener en la segunda parte del año” por dos motivos principalmente. El primero de ellos obedece a que “la actualización salarial acordada para 2018 se hizo efectiva, con efectos retroactivos, a partir de julio, mientras que este año se ha aplicado desde el 1 de enero”.
Mientras que, en segundo lugar, “como 2019 ha sido un año electoral en la mayor parte de las comunidades autónomas, el ritmo de ejecución del presupuesto de gastos se ha acelerado en el periodo preelectoral y previsiblemente se ralentizará en la segunda parte del año”.
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