Barcelona contará en 2020 con una nueva tasa si mañana así lo facilitan los grupos de la oposición. El gobierno municipal, que forman los socialistas y comunes y que está en minoría, explicó ayer su objetivo de crear un recargo sobre la factura del agua para financiar el coste del servicio de recogida de las basuras.
El equipo de gobierno que lidera la alcaldesa, Ada Colau (BComú), pretende extender a los hogares la tasa que, en la actualidad, abonan los comercios, y que se sumará a la de tratamiento de residuos del Área Metropolitana de Barcelona (AMB).
Con la nueva tasa, cada hogar pagará entre 2,25 y 4,25 euros al mes, aunque habrá bonificaciones para varios colectivos en riesgo de exclusión. En una primera fase, los vecinos que vayan a la red de puntos verdes podrán bonificarse hasta un 14%del total. Más adelante, Colau y su equipo quieren que la tasa sea más baja en aquellos barrios «donde se recicla más», según explicó el concejal de emergencia climática, Eloi Badia (BComú).
De aprobarse esta tasa, entrará en vigor en mayo, y en 2020 se prevé una recaudación de 20,5 millones de euros. En 2021, el primer ejercicio en el que estará totalmente en vigor, se estiman unos ingresos de 41 millones de euros. El contrato de recogida de basuras es el más importante que tiene el consistorio y supone aproximadamente un coste anual de 300 millones de euros.
Para aprobar este recargo, los comunes y el PSC necesitan que ERC o dos partidos de la oposición -Barcelona pel Canvi, Cs y JxCat- faciliten su aprobación. Los populares ya expresaron ayer su oposición frontal a la nueva tasa, y acusaron a la alcaldesa de «freír a impuestos» a los barceloneses.
Ante las críticas, el gobierno municipal recuerda que las autoridades europeas han exigido a las ciudades una mejora de la gestión de los residuos. El objetivo de la UE es que en 2025 la recogida selectiva represente el 55%, y a día de hoy este porcentaje es del 37%. Además, un 45% de barceloneses no recicla.
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