La espiral en la que ha entrado la deuda de la Seguridad Social es cada vez más preocupante. Pese al impacto que ha tenido en la recaudación por las cotizaciones la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) del pasado mes de enero y al aumento de la afiliación hasta niveles récord, el endeudamiento de las Administraciones de Seguridad Social se ha disparado en un 50,4% en el último año.
A cierre de septiembre, su deuda alcanzaba ya los 52.445 millones de euros, según los datos publicados este viernes por el Banco de España. Esto significa que cada afiliado a la Seguridad Social acumula hoy una deuda 922 euros superior a la de hace un año, un dato que vuelve a poner sobre la mesa la falta de sostenibilidad en el largo plazo del sistema de pensiones tal y como está configurado en España.
Con un aumento de 17.882 millones de euros en los últimos 12 meses, el avance de la deuda de la Seguridad Social es el mayor de los experimentados por las Administraciones Públicas. En su conjunto, estas acumulan una deuda equivalente al 97,8% del PIB español a cierre del tercer trimestre de 2019, según el protocolo de déficit excesivo.
De acuerdo con los cálculos del Banco de España, la tasa de crecimiento del saldo de la deuda pública española es del 2,5% interanual. Se trata de un ritmo de crecimiento superior al del PIB en ese periodo, en el que avanzó un 2%.
La decisión del Congreso de volver a ligar las pensiones al IPC y del Gobierno de fijar una subida el pasado año que incluso ha superado la inflación, ha tenido un impacto en ese aumento de deuda de la Seguridad Social que está siendo vigilado por Bruselas. La Comisión Europea ha pedido a España medidas compensatorias para mitigar el efecto de esa mejora del poder adquisitivo de los pensionistas en la deuda pública.
También ha reclamado al Estado central nuevas medidas que permitan reducir el déficit estructural que padece España y que aproveche los bajos tipos de interés para rebajar la deuda y acercarla al objetivo -hoy a todas luces inalcanzable- del 60% del PIB. Sin embargo, con un Ejecutivo en funciones, un Presupuesto prorrogado desde 2018 y sin garantías de que se pueda elaborar uno nuevo para 2020, el déficit sigue provocando un aumento continuado de la deuda.
Como recordó el Instituto de Estudios Económicos (IEE) la pasada semana, desde este lunes, 9 de diciembre, todo el gasto del Estado hasta el cierre de este año se está financiando incurriendo en déficit, esto es, emitiendo nueva deuda.
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