La inestabilidad política y la falta de un gobierno en España no han hecho mella en los mercados de renta fija a tenor de los datos de deuda pública española en manos de inversores extranjeros, que vuelven a marcar un nuevo récord histórico. A cierre de septiembre, con un Ejecutivo en funciones y cuando ya se habían convocado las elecciones generales del 10 de noviembre, los inversores extranjeros poseían 477.658 millones de euros en deuda pública española, un 1,5 % más que un mes antes.
Esa cantidad representaba casi la mitad, el 48,08 %, del total de la deuda pública española y suponía un crecimiento cercano al 11 % en tasa interanual, ya que a cierre de septiembre de 2018 los títulos adquiridos por extranjeros sumaban 430.573 millones. Los datos del Tesoro Público demuestran una tendencia creciente de la inversión extranjera en deuda española desde hace más de un año, que sólo se rompió el pasado junio con un recorte de casi 4.000 millones de euros respecto al mes anterior.
Aunque la estadística no desglosa el origen de los inversores, algunas emisiones concretas, como el caso de los bonos sindicados en los que un grupo de bancos coloca directamente la deuda, sí desvelan la procedencia de los compradores de los títulos españoles. En una subasta de este tipo llevada a cabo a finales de febrero, España captó 5.000 millones de euros a 15 años y gracias a que la demanda superó los 43.000 millones, el interés ofrecido fue de un mínimo del 1,864 %.
En aquella ocasión los inversores extranjeros se hicieron con el 83 % de la deuda y entre ellos destacaba la participación de los procedentes de Alemania, Austria y Suiza, superior al 20 %, y la de Francia e Italia, con un 19 %. Muy cerca quedaba Reino Unido e Irlanda, con un 18,7 %.
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