El Tesoro Público prevé realizar una emisión neta de deuda para este año de 32.500 millones de euros, un 7,1% menos (2.500 millones) que la estimación del año anterior. Se trata de una estrategia conservadora respecto a los 19.960 millones que se emitieron en 2019 y mantiene un colchón para eventuales cambios en la política monetaria o para posibles necesidades de financiación del Estado. «La estrategia es continuista y seguimos con una previsión conservadora», ha explicado este miércoles Carlos San Basilio, secretario general del Tesoro y Financiación Internacional en la presentación de la estrategia de financiación del organismo para 2020.
El plan realizado por el Tesoro se ha elaborado sobre la base de los Presupuestos prorrogados de 2018. Por tanto, está expuesto a modificaciones, aunque San Basilio confía en que las cifras no cambien cuando se presenten las nuevas cuentas. «Nuestro deseo es que esta previsión se mantenga una vez aprobados los Presupuestos. La emisión neta es estable con los últimos años y nos dota de estabilidad presupuestaria», ha dicho el secretario general del Tesoro. De hecho, ha indicado que espera que la previsión se mantenga o incluso se pueda reducir, algo que los mercados acostumbran a recibir como algo positivo.
Esta prudencia en la estimación deja al Tesoro un colchón para posibles necesidades de financiación. Y en este sentido lo que preocupa al organismo no son los nuevos Presupuestos, sino la política monetaria y las comunidades autónomas. «Las variables extrapresupuestarias son las que pueden provocar desviaciones. El año pasado hubo elementos que ayudaron a que la emisión neta fuese muy baja, pero no sabemos si se van a volver a repetir», ha insistido San Basilio. Estas variables que permitieron reducir las necesidades de financiación fueron, fundamentalmente, la caída de los intereses provocada por la política monetaria del BCE y la devolución anticipada de deuda de las comunidades con el Estado (5.273 millones).
En caso de no reproducirse este mismo contexto, la emisión efectiva podría volver a incrementarse, algo que no ocurre desde 2017. «Hay un escenario de tipos más bajos que el año pasado y expectativas de estabilidad, por eso hemos reducido la estimación. Pero si no se repiten estas variables y, además, el BCE anuncia una subida de tipos, podemos situarnos en los 30.000 millones previstos», ha aclarado San Basilio.
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