La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) calcula que la puesta en marcha de un acuerdo fiscal global para gravar los negocios digitales arrojaría una recaudación anual de 100.000 millones de dólares anuales (unos 921.130 millones de euros). Así lo manifestó este jueves el organismo que dirige Ángel Gurría en un análisis que estima que los ingresos obtenidos con el acuerdo permitirían obtener el equivalente al 4% de toda la recaudación mundial de los impuestos sobre sociedades.
El análisis de la OCDE llega semanas después de que la comunidad internacional reafirmara su compromiso por lograr una solución de consenso a largo plazo para afrontar los desafíos fiscales derivados de la digitalización de la economía mundial, con el objetivo de alcanzar un acuerdo a finales de 2020. La negociación impulsada desde la OCDE y el G20 incluye a 137 países y jurisdicciones internacionales comprometidos con la lucha contra la erosión de las bases imponibles y el traslado de beneficios (Beps) que durante una cita celebrada el 29 y 30 de enero de este año pactaron trabajar en el diseño de dos pilares de actuación tributaria en este sentido.
El primer pilar se centra en garantizar que las empresas multinacionales que realizan actividades comerciales significativas en países donde no tienen una presencia física puedan ser gravadas en estos territorios por el beneficio que logran en ellos. El segundo pilar de actuación se centra en endurecer la normativa fiscal para evitar que dichas firmas desplacen beneficios de unos estados a otros sin rendir cuentas al fisco local, asegurando que las compañías internacionales pagan un nivel mínimo de impuestos.
El análisis publicado este jueves por la OCDE ha tenido en consideración a 27.000 grupos multinacionales que operan en más de 200 jurisdicciones de todo el planeta y su resultado indica que la recaudación que aportaría este acuerdo fiscal global beneficie al conjunto de economías, si bien aportaría relativamente más ingresos a los países con ingresos medios y bajos que a los estados más desarrollados. Más allá, la organización estima que más de la mitad de los beneficios gravados corresponderían a solo un centenar de grandes grupos multinacionales.
La OCDE defiende que un pacto fiscal global sobre el gravamen de los negocios digitales sería positivo y asume que, de no alcanzarse, “es probable” que se acaben implantando medidas unilaterales en cada país, aumentando la incertidumbre. Así, si bien Francia acaba de congelar su tasa Google ante las amenazas arancelarias de EE UU, el Gobierno español ha anunciado que acelerará la aprobación de la suya.
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