El Impuesto a las Transacciones Financieras afecta a 61 empresas españolas, cuyas acciones se someterán a gravamen. Tributarán compraventas de 425.000 millones de euros, el 90,5% del total contratado en las bolsas españolas.
La Tasa Tobin que el Gobierno remitió el martes a las Cortes para su tramitación afecta a 61 empresas, esto es, sociedades españolas con una capitalización bursátil de más de 1.000 millones de euros (ver cuadro adjunto), cuyas acciones se someterán a gravamen. Estos son los datos de capitalización del mercado continuo a diciembre de 2019. El volumen de transacciones de estas empresas arroja que tributarán las compraventas de acciones de 425.000 millones de euros, el 90,5% del total contratado en las bolsas españolas.
La norma especifica que se medirá el valor de capitalización bursátil de la sociedad a 1 de diciembre del año anterior a la adquisición. En el primer año, sin embargo, las afectadas serán las sociedades españolas cuyo valor de capitalización bursátil un mes antes de la fecha de entrada en vigor de la ley sea superior a 1.000 millones de euros. La relación de sociedades se publicará antes de la entrada en vigor en la sede electrónica de la Agencia Tributaria. La norma entrará en vigor a los tres meses de su publicación en el BOE, lo que puede ser en otoño.
A esto se suma que hay otras seis sociedades que están cercanas a ese límite de capitalización, el caso de Elecnor (952,65 millones), Audax Renovables (942,22), Ence Energía y Celulosa (903,82), Neinor Homes (869,05), Solaria Energía (849,66) y Talgo (831,66).
La compraventa de acciones de estas empresas se encarecerá, en desventaja frente a los valores extranjeros. La capitalización de todas las compañías cotizadas en la Bolsa española al cierre de 2019 fue de 1,1 billones de euros, un 11,5% más que en 2018. El Gobierno transmitió el martes que la estimación de recaudación anual de la Tasa Tobin no se ha reducido de los 850 millones anuales previstos -a diferencia de la de la Tasa Google- «por el buen funcionamiento de la Bolsa».
Sin embargo, en 2019 se contabilizaron 37,2 millones de operaciones para contratar acciones en la Bolsa española, un 16% menos que el año anterior, por importe de 469.635 millones de euros, un 20,1% menos que el año anterior, en 37,2 millones de operaciones. Este dato levanta las alarmas del sector, que alerta de que la Bolsa española lleva varios años sufriendo una caída vertiginosa de los volúmenes de negociación.
Si se aplica el tipo del 0,2% del impuesto a los 442.991,37 euros del volumen de transacciones de las empresas afectadas, se obtiene una recaudación de 885,98 millones. A esto habría que restarle las exenciones, con lo que los ingresos pueden situarse en la esfera de los 850 millones previstos, que se corresponden con compraventas de 425.000 millones, señala José María Mollinedo, secretario general del Sindicato de Técnicos de Hacienda (Gestha).
La base imponible estará constituida por el importe de la contraprestación de las operaciones sujetas al impuesto, sin incluir los costes de transacción derivados de los precios de las infraestructuras de mercado, ni las comisiones por la intermediación, ni ningún otro gasto asociado a la operación. Entre éstas, se incluyen las operaciones intradías: se aplicará sobre la compra y posterior venta de acciones que se realice en un mismo día, si bien la base imponible se establecerá a partir del saldo neto de los valores adquiridos.
En cambio, el impuesto no afecta al mercado primario, por lo que no tendrá impacto en las empresas que salgan por primera vez a Bolsa. También están exentas las necesarias para el funcionamiento de infraestructuras del mercado, las de reestructuración empresarial, las que se realicen entre sociedades del mismo grupo y las cesiones de carácter temporal. No están afectados los derivados, divisas ni productos complejos apalancados.
En este sentido, Mollinedo considera que la tasa viene a suponer una especie de IVA al sector financiero, que se beneficia de la exención en el IVA de depósitos, créditos y préstamos, transferencias, cheques, letras de cambio y los servicios sobre divisas, acciones y participaciones.
El contribuyente de la Tasa Tobin es el adquirente de valores y, el sujeto pasivo, el intermediario financiero que transmita o ejecute la orden de adquisición de acciones de sociedades españolas, con independencia de la residencia de los agentes que intervengan en las operaciones. Si éste actúa por cuenta propia, será también contribuyente.
Un ejemplo de cómo operará el impuesto sería una compra con un valor de 100, a la que hasta ahora se le sumaba una comisión de 0,1. Pues bien, al 100,1 con que el intermediario ahora opera, habrá que sumar 0,2 que ingresará en Hacienda, con lo que el cliente pagará 100,3. Luis del Amo, secretario técnico del Consejo de Economistas-Asesores Fiscales (Reaf), concluye: «Habrá menos transacciones y el intermediario cobrará menos. La inclusión del intradía llevará, además, a concentrarlas y que sean menos frecuentes».
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