El Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció este miércoles que ha puesto sobre la mesa 50.000 millones de dólares –unos 45.000 millones de euros– a disposición de aquellos países que necesiten financiación de emergencia para combatir los efectos económicos de la epidemia del coronavirus. De esa cantidad, el 10% está reservado para los países más pobres, que no deberán pagar intereses durante toda la vida del préstamo.
La medida adoptada por el FMI forma parte de la acción coordinada de esta entidad con el Banco Mundial –que anunció un paquete de 12.000 millones de dólares con el mismo fin– y con los miembros del G-7 y los principales bancos centrales de todo el mundo para poner en marcha los estímulos necesarios con los que frenar la ralentización de la economía global. Tras la rebaja de medio punto de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal del pasado martes, este miércoles fue el Banco de Canadá el que redujo el precio oficial del dinero desde el 1,75% al 1,25%. Dos días antes lo había hecho el Banco de Australia, del 0,75% al 0,5%.
Se espera que el Banco Central Europeo (BCE), cuyo margen de actuación es más reducido, ponga también de su parte y baje el tipo de interés de los depósitos a la banca –del -0,5% al -0,6%– y, quizás, eleve el importe de su programa de compra de bonos desde los 20.000 millones mensuales hasta los 80.000 millones.
La desaceleración por problemas en la oferta derivados del parón industrial chino o de la demanda, a causa de la desconfianza de las empresas y familias en invertir o gastar, es ya un hecho incuestionable. Sólo falta cuantificarlo y ese cálculo sólo se podrá realizar cuando se conozca el alcance definitivo de la epidemia, aún muy incierto.
De momento, con los datos disponibles, el FMI descuenta ya un impacto de al menos medio punto en el crecimiento de la economía mundial a causa de la crisis sanitaria. “Nuestro escenario base ya no se aplica. Analizamos escenarios más adversos”, anunció este miércoles, Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, que dio por hecho un avance del PIB mundial inferior al 2,9% este año. En su previsión anterior, realizada en enero, el Fondo preveía una aceleración desde el 2,9% del 2019 al 3,3% de este año.
Ahora, sólo mes y medio después, este cuadro macroeconómico ya se da por imposible. La revisión oficial se producirá en abril. En medio del pesimismo, Georgieva intentó transmitir algo de esperanza: “En el caso de China, hemos recibido informes alentadores por parte de las autoridades sobre el reinicio de la producción, que actualmente rondaría el 60% y se espera que en las próximas semanas alcance entre el 90% y el 100%”.
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