Angela Merkel indicó que se adoptarán las medidas necesarias y que “solo después veremos lo que suponen gastos para paliar la crisis para nuestro déficit”, dijo la canciller, en alusión al pacto del Gobierno alemán de mantener un presupuesto con déficit cero, el famoso schwarze Null.
Berlín está dispuesta en esta crisis, según las palabras de la canciller, a flexibilizar su doctrina del rigor presupuestario dentro y fuera de casa, ya que para la canciller se trata “un desafío europeo”. De puertas para fuera, la canciller dio a entender que el dogma del rigor presupuestario berlinés se flexibilizará también en su aplicación a sus socios de la UE. “Obviamente, no vamos a pedir a un país como Italia que no invierta en su sistema de salud solo para que no incumpla las reglas de endeudamiento”, dijo en alusión al pacto de estabilidad y crecimiento europeo.
Las declaraciones de Merkel se producían apenas una hora después de que los seis grandes institutos económicos alemanes sumaran fuerzas para pedir a Berlín en una comparecencia pública una mayor flexibilidad fiscal ante el impacto económico del coronavirus en la mayor economía europea. Recordaron que Alemania se ve especialmente afectada por ser una potencia enfocada a la exportación y por las intensas relaciones comerciales que mantiene con China e Italia, los dos países más afectados por el virus. Por eso, pidieron un plan de ayuda a las empresas que vaya mucho más allá de las contempladas hasta ahora por Berlín.
Hasta ahora, el Gobierno ha presentado un plan para ayudar a las empresas alemanas a financiar la reducción de horas de trabajo de sus empleados ante la merma de la producción. Berlín ha ofrecido además liquidez y créditos a las compañías que atraviesen dificultades. El viernes, el Ejecutivo tiene previsto presentar una batería de medidas de apoyo a la economía.
Ante el efecto dominó del cierre de fronteras que el coronavirus está causando en la Unión Europea, Merkel descartó sin embargo que el aislamiento fuera una medida efectiva para frenar la propagación del virus. “En Alemania somos de la opinión de que cerrar la frontera no es la respuesta adecuada para este desafío”, estimó. De momento, Berlín no ha impuesto restricciones a la entrada y salida del país.
La avalancha de medidas económicas y fiscales que el ministro de Economía del Gobierno de Boris Johnson, Rishi Sunak, ha presentado este miércoles ante la Cámara de los Comunes para hacer frente a la crisis del coronavirus se ha interpretado como la inesperada punta de lanza de unos Presupuestos Generales para la era post Brexit que aspiran a expandir la economía del Reino Unido y poner fin a una década de austeridad. El estímulo fiscal está valorado en 30.000 millones de libras (34.300 millones de euros). “Tenemos la libertad y los recursos para decidir nuestro propio futuro (…). Presentamos estos Presupuestos en un momento de desafío, pero sabremos estar a la altura y juntos lo superaremos. Son unos Presupuestos que hoy aportan seguridad, pero también sientan las bases para la prosperidad de mañana”, ha asegurado Sunak durante la presentación de la ley, el momento más delicado y definitorio para cualquier chancellor of the Exchequer (como se denomina al ministro de Economía en el Reino Unido).
El discurso ha entusiasmado a los diputados conservadores, que respondían con aplausos a sus soflamas políticas sin prestar excesiva atención a los matices que el ministro introducía. Frente a las cifras de crecimiento de la economía británica adelantadas este mes por la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR, en sus siglas en inglés), Sunak rebajaba las expectativas: se crecerá un 1,1% en 2020 (no el 1,4% previsto) y al menos dos décimas menos en los siguientes cuatro años. Y todo eso sin haber sido aún capaz de estimar el daño real que puede acabar provocando la crisis del coronavirus. El Gobierno de Johnson se dispone a revisar las reglas de contención fiscal que el anterior responsable económico, Sajid Javid, se había comprometido a defender y a endeudarse más si las circunstancias así lo exigen, anunciaba Sunak.
El ministro británico de Economía ha prometido que el Gobierno no escatimará recursos para el Servicio Nacional de Salud (NHS, en sus siglas en inglés) y aportará los fondos que sean necesarios, “sean millones o miles de millones”. Junto a la ayuda directa a la sanidad pública, Sunak ha desplegado un amplio plan de ayudas a las empresas para hacer frente a la turbulencia desatada por el coronavirus. Downing Street suspenderá el Impuesto sobre Bienes Inmuebles no Comerciales que actualmente pagan miles de negocios, sobre todo los relacionados con el ocio y el entretenimiento (tiendas, cines, restaurantes o bares). Se pondrá en marcha un sistema de préstamos por 1.200 millones de libras avalado por el Ejecutivo para las pequeñas y medianas empresas, con los que podrán cubrir hasta un 80% de sus pérdidas.
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