Los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) no cesan. El último día de marzo los aprobados por la autoridad laboral y los pendientes de resolución afectaban a una cantidad de trabajadores que ronda ya los tres millones, según fuentes de la Administración laboral. El expediente de regulación temporal ha sido la herramienta más utilizada por las empresas de todos los tamaños para ajustar sus plantillas mientras se supera la crisis del Covid-19, que ha obligado a un parón desconocido de la economía.
Estos expedientes se mantendrán mientras permanezca el estado de alarma por disposición del Ministerio de Trabajo y, a su finalización, las empresas deberán mantener sus plantillas por un periodo mínimo de seis meses. Para evitar esta avalancha de ajustes parciales de empleo, el Ministerio de Trabajo dispuso la semana pasada un nuevo instrumento laboral, desconocido antes en la regulación del trabajo, cual es el cierre de la actividad en las empresas, pero con un permiso retribuido recuperable a cargo de la tesorería de las sociedades.
El funcionamiento de este permiso retribuido, que ha sido técnicamente rechazado por las organizaciones empresariales, no ha evitado el recurso a los expedientes de regulación temporal, que ha seguido su curso esta semana, según fuentes laborales. La autoridad laboral ha dictaminado también la prohibición de despedir de forma objetiva justificada por el cierre de la actividad imputable al estado de alarma. En definitiva, que no hay más opciones que el expediente de regulación temporal o el permiso retribuido obligatorio, con las prohibiciones que ambos formatos conllevan para los meses siguientes.
Las empresas de la actividad comercial no alimentaria fueron las primeras víctimas del cierre de la economía, ya el 14 de marzo en la declaración del estado de alarma, y fueron ellas las primeras en anunciar ERTE para todas sus plantillas; alguna, como en el caso de Inditex, anunció que lo presentaría si el 15 de abril se mantenía el confinamiento de la población. Buena parte de las empresas, especialmente las más grandes, han advertido también de que complementarán la prestación pública como trabajador regulado hasta el 100% de la retribución o a porcentajes cercanos.
En estas dos últimas semanas se han sumado empresas de otras actividades, incluso industriales, especialmente tras la vuelta de tuerca que ha supuesto el cierre de toda actividad que no se considere esencial. Solo en los 10 primeros días de parón, los ERTE presentados representaban a cerca de 1,5 millones de trabajadores, según reconocieron fuentes sindicales y administrativas. El goteo se ha intensificado después, y ahora, siempre según fuentes laborales conocedoras de la situación, los afectados rondan ya los tres millones de trabajadores, “más cerca de los tres millones que de los dos”.
Empresas muy significativas del mercado español que nunca habían echado mano de semejante herramienta laboral, como El Corte Inglés o la citada Inditex, han anunciado sus procesos de ajuste temporal. Las cadenas de restaurantes y comida rápida, así como las dedicadas a la actividad turística, han hecho lo propio, así como la industria del automóvil, tradicional en el uso de este tipo de refugios temporales cuando hay caídas de demanda.
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