El Banco de España (BDE) ha advertido en un estudio que el país estaba a la cola de la Unión Europea con respecto a la implantación del teletrabajo, a pesar del gran potencial con el que cuentan algunos sectores, sobre todo los más cualificados, algo que se ha demostrado en un contexto en el que la crisis del coronavirus ha obligado a muchos empleados a adoptar esta modalidad laboral sin previo aviso, hasta sobrepasar las posibilidades del mercado de trabajo.
Concretamente, España se situó en 2018, último año para el que se dispone de información homogénea, en la posición número 19 de los 28 países de la UE, muy por debajo del promedio europeo de empleados que teletrabajan (13,5%), con el 7,5% del total, claramente distanciada de las cifras de otros grandes países, como Francia (20,8%) o Alemania (11,6%).
Los datos recogidos por el BDE en el artículo analítico «El teletrabajo en España» reflejan la heterogeneidad entre países, sobre todo entre los del norte y los del sur o el este. En los primeros existe un mayor arraigo del teletrabajo, mientras que, en los segundos, esta práctica se utiliza con menos frecuencia. Así, en los Países Bajos y en Suecia más del 30 % del total de trabajadores desarrollaron su actividad laboral a distancia en 2018, al tiempo que esta modalidad fue prácticamente inexistente en Chipre, Bulgaria o Rumanía.
Asimismo, desde 2009, la mayoría de los países europeos han incrementado la incidencia de esta herramienta, con un aumento medio de 3 puntos porcentuales (pp) entre 2009 y 2018. Los Países Bajos, Suecia y Estonia fueron los países en los que más se incrementó el trabajo en remoto, con subidas de, al menos, 10 pp. Por otro lado, España no ha sido una excepción, si bien su crecimiento hasta 2018 fue mucho más limitado (+1,7 pp), algo menor que el registrado en Francia (+2,2 pp), mientras en Alemania se redujo en 1,3 puntos porcentuales.
De esta forma, la aplicación del teletrabajo en España ha sido a lo largo de los años una cuenta pendiente en comparación con otros países europeos. Según los datos más recientes, en 2019 tan solo el 8,4% de los ocupados en el país practicaba esta modalidad laboral en un periodo normal, ya sea ocasionalmente (el 3,5%) o más de la mitad de los días (el 4,9%), a pesar de tener un potencial mucho mayor, que ascienda hasta el 30,6% de trabajadores que podían ejercer su actividad desde el domicilio, según el estudio del BDE, que también destaca que ese porcentaje ascendía hasta el 60% en los grupos de ocupaciones cualificadas.
Sin embargo, esa cifra potencial se ha alcanzado en España en los últimos meses como consecuencia de la crisis del coronavirus que ha impactado bruscamente en la vida económica y social del país. La pandemia ha convertido el teletrabajo en la vía para hacer compatible el mantenimiento de las actividades productivas con el confinamiento decretado bajo estado de alarma, elevando la incidencia del trabajo a distancia en España hasta el 34% del total de ocupados, según lo indicó recientemente un estudio del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas, que situaba en el 4,8% a los empleados que en 2019 trabajaban desde casa normalmente o más de la mitad de los días.
Powered by WPeMatico