Por primera vez en meses, la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos culmina hoy su reunión periódica con esperanza. A pesar de los estragos del coronavirus, que ha implicado una parálisis sin precedentes de la actividad económica, las cifras comienzan a repuntar.
Contra todo pronóstico, el mercado laboral logró crear empleo en mayo y las ventas de coches y contratación de hipotecas comienzan a repuntar, subrayando las medidas de desconfinamiento en la mayor parte del país. Por su parte, Wall Street ha protagonizado una despegue extraordinario desde los mínimos de marzo e índices como el Nasdaq se sitúan de nuevo en máximos históricos.
Los riesgos siguen siendo, no obstante, muy altos. El mercado laboral destruyó 20,5 millones de empleos en abril y sólo generó 2,5 millones en mayo, con lo que el agujero continúa y la tasa de paro está en niveles históricos del 13%. Algunos expertos consideran que es el apoyo de la Fed el que explica las grandes diferencias entre Wall Street y la economía real.
Mientras, el PIB afronta un desplome récord de más del 30% en el segundo trimestre, tras la caída del 5% en la recta inicial del año y abocando a la primera economía del mundo a una severa recesión. Aunque la recuperación se espera en la segunda mitad del ejercicio, muchos expertos advierten de que una nueva oleada de contagios podría obligar a más confinamientos y dar al traste con las esperanzas de la reactivación.
El propio Jerome Powell, presidente de la Fed, ha advertido de los riesgos a medio plazo, con mucha incertidumbre sobre la recuperación de empresas y empleos, y descartando un rebote contundente. Powell ha dejado claro en todo momento que costará mucho tiempo regresar a la situación laboral de antes de la epidemia y subrayó el papel limitado de la Fed para contener la crisis, urgiendo al Congreso a desarrollar más programas de estímulo fiscal.
Ante estas previsiones, parece claro que la Reserva Federal mantendrá los tipos de interés en el terreno de cero en el que se encuentran desde marzo y continuará con los estímulos al mercado, reforzando el mensaje de que tiene una capacidad ilimitada para seguir aportando liquidez.
Tras la reunión de hoy, el banco central presentará sus nuevas proyecciones sobre el PIB, tasa de paro, inflación y tipos de interés, lo que servirá para analizar hasta qué punto la Fed es pesimista ante la evolución de Estados Unidos. Los analistas de ING consideran que los expertos de la Reserva Federal podrían plantear una subida de las tasas antes de que acabe 2022, lo que cerraría el debate sobre los tipos de interés negativo.
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