La banca española se frota las manos ante su cita con el Banco Central Europeo (BCE) de mañana. La institución monetaria dará los resultados de su gran inyección de liquidez dentro del programa TLTRO III (tercera edición del programa de préstamos a largo plazo condicionados a la concesión de crédito). Con este dinero, las entidades tendrán inagotables recursos para asegurarse de que pueden seguir financiando a la economía real en condiciones extraordinarias pese al repunte del riesgo por impago por la crisis del coronavirus.
Según aseguran fuentes financieras, los bancos españoles apelarán al BCE para captar alrededor de 175.000 millones de euros de una sola tacada. Será la mayor petición de liquidez a la institución europea por parte de los bancos españoles en una única cita. De hecho, la cifra está en línea con toda la deuda que ahora mantiene el sector con el BCE y que se situó en 176.042 millones a cierre de mayo. Eso sí, parte de los nuevos fondos servirán para refinanciar deuda antigua que estaba en peores condiciones.
Santander es, de largo, el banco que más liquidez solicitará al BCE, con una cifra que supera los 55.000 millones de euros. Por volumen de su masa crediticia, el banco que preside Ana Botín es el que más capacidad tiene para endeudarse con la institución europea, pudiendo llegar hasta casi los 90.000 millones de euros, según fuentes del mercado.
CaixaBank ocupa la segunda posición y solicitará 37.000 millones de euros. Con esta operación cubre la totalidad de la liquidez que puede solicitar al supervisor en el marco de este programa, pues mantiene ya 8.000 millones procedentes de subastas anteriores, para un total de 45.000 millones. Sabadell cierra el podio con su petición por 27.000 millones, de los que 13.500 se destinarán a refinanciar deuda de anteriores programas con peores condiciones.
El resto de entidades mueve cifras menores que van desde los 21.000 millones de euros que solicitará BBVA hasta llegar a los 3.500 millones de Cajamar, y algo menos Bankinter más cerca de los 3.000 millones. Pese a ello, en todos los casos el apetito ha sido máximo y sin comparación con citas anteriores. La clave del apetito de la banca por la liquidez del BCE está en las condiciones tan extraordinarias que ha fijado el banco central. Para incentivar el flujo del crédito en plena crisis del coronavirus, el BCE ha mejorado sustancialmente las condiciones de sus subastas de liquidez hasta el punto de que los bancos pueden ganar un 1% (el tipo de interés máximo de estas operaciones es el -1%) sólo por el hecho de solicitar dinero en la ventanilla de Fráncfort. El margen final para la banca puede ser mucho mayor, pues esta ganancia se produce de forma independiente al tipo de interés que luego fije la entidad a las familias o empresas para la concesión del préstamo.
Como condición para lograr ese 1%, las entidades que pidan prestado al BCE sólo tienen que mantener su masa crediticia, es decir, el volumen total de créditos concedidos a la economía real, en los niveles de marzo. Se trata, según los expertos, de un requisito muy asumible teniendo en cuenta que la demanda de financiación bancaria se ha disparado como consecuencia del parón de la actividad económica por la pandemia y que parte del riesgo está cubierto por los diferentes sistemas de avales públicos que han puesto en marcha los Estados.
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