La crisis del COVID-19 sigue marcando la agenda económica del mundo. El impacto de la enfermedad ya se ve en todo tipo de empresas y en los datos macroeconómicos de todos los países y regiones del globo. La enfermedad que ha parado al mundo ha obligado a los Gobiernos y compañías a tomar medidas para impedir que el daño causado por el parón se convierta en permanente.
Aquellos contribuyentes, empresas o particulares, que en España se han beneficiado más en el pasado de las tendencias globales o que se hayan visto menos afectados por la recesión desencadenada por la pandemia de covid-19 deberían realizar una mayor aportación en el esfuerzo para superar la crisis y abordar las necesidades futuras, según ha señalado el Fondo Monetario Internacional (FMI).
«Es necesario un mayor reparto de la carga», ha indicado el portavoz del FMI, Gerry Rice, al referirse a los posibles ajustes y/o subidas de impuestos que deberá acometer España en el futuro para reducir el déficit y la deuda una vez superada la crisis actual, que causará un incremento de la desigualdad. «Los principios del ajuste fiscal deberían tratar de atajar la desigualdad y de aprovechar la oportunidad de transformar y mejorar la economía en términos de los retos económicos en cuestiones como la desigualdad, el cambio climático o la digitalización», ha apuntado Rice.
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