El teletrabajo salvó la vida a centenares de miles de empresas en España durante el confinamiento, cuando los trabajadores de sectores esenciales y no esenciales permanecieron mayoritariamente en casa y las compañías tuvieron que adentrarse, en muchos casos, en un terreno desconocido: el del trabajo a distancia. Según una encuesta del Instituto Nacional de Estadística (INE) publicada ayer sobre el impacto del confinamiento en los distintos sectores económicos, el teletrabajo fue la fórmula principal para mantener el nivel de actividad en los negocios durante el estado de alarma, pues el 48,8% de las empresas lo utilizaron, seguido de un incremento en el nivel de digitalización (15,1%).
En el caso de los establecimientos comerciales, además del teletrabajo también se dispararon durante la pandemia el servicio a domicilio (16,6%) y el comercio electrónico (16,4%). Por tamaño de los establecimientos, los más pequeños –con menos de 10 asalariados–, fueron los que menos modificaron el funcionamiento de sus negocios. El 61,1% no implantó ninguna medida, frente al 6,7% de los establecimientos de 1.000 o más asalariados.
El teletrabajo ha pasado de ser denostado o evitado por las compañías, con solo un 15% de penetración en los negocios antes de la pandemia, a ser una modalidad adoptada por casi la mitad de las empresas, donde el 50% de los trabajadores se adhirió a esa modalidad de trabajo a distancia. Por sectores de actividad, en transporte y hostelería se quintuplicó el porcentaje de establecimientos que utilizaron el teletrabajo (pasando de un 6,6% a un 31,8%), mientras que en otros servicios pasó del 23,3% al 63,4% de los establecimientos del sector. No será circunstancial o una moda. El INE subraya que alrededor de una tercera parte de los establecimientos que adoptaron el teletrabajo declara que lo mantendrá en el futuro. Lo mismo que con el servicio a domicilio y el comercio electrónico: un tercio de las empresas que lo han impulsado continuarán esa senda.
El teletrabajo ha ayudado a surfear las olas de una crisis en la que el 66,1% de los negocios continuaron abiertos durante el estado de alarma y de ellos, aproximadamente dos de cada tres vieron reducidas sus ventas, según la encuesta. El impacto del cierre de la economía ha sido brutal, como muestra también la encuesta. El 41,9% de los establecimientos tuvo un menor nivel de actividad, mientras que en el caso de la industria más del 50% de las empresas (el 50,9%) la vieron reducida. Por el contrario, los datos del INE revelan que solo un 6,5% de los establecimientos aumentaron sus ventas durante los meses del estado de alarma y el porcentaje es aún mayor en el caso del comercio, con un 13,1%.
Como en todas y cada una de las crisis, quienes más sufrieron fueron los más débiles. Casi el 70% de las empresas reorganizó o redujo la jornada laboral de sus trabajadores durante el estado de alarma, porcentaje que se eleva hasta casi el 80% en el caso de la industria. La fórmula estrella fueron los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), que llegaron al 40% de las compañías. Quienes pudieron, lo evitaron y optaron por reorganizar la jornada laboral (35,8% de los establecimientos, cifra que se eleva al 49% en la industria) y reducir la jornada de sus trabajadores (33,2% en conjunto y el 40% en transporte y hostelería). Por el contrario, solo un 1,6% de los establecimientos aumentaron las horas a sus trabajadores.
Pese a todo, aún vienen curvas. Un 4,8% de los encuestados declara que probablemente tenga que cerrar en los seis próximos meses, porcentaje que se eleva al 6,6% en los sectores de transporte y hostelería. Respecto a posibles cambios en la plantilla, un 7,5% de los gestores prevé aumentarla en el próximo semestre, mientras que un 9,6% anticipa una reducción.
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